Dante Bobadilla - @DanteBobadilla Twitter
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La muerte de Alberto Fujimori, el expresidente de Perú, a los 86 años, ha reavivado el debate sobre su legado en la sociedad peruana. Fujimori falleció tras una larga batalla contra el cáncer, según confirmó su hija, Keiko Fujimori, en sus redes sociales. La noticia llegó después de que su médico personal y congresista, Alejandro Aguinaga, anunciara que el político se encontraba “luchando por su vida”.

Keiko Fujimori fue quien anunció el fallecimiento de su padre. “Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. ¡Gracias por tanto papá!”, escribió en un mensaje firmado también por sus hermanos Hiro, Sachie y Kenji Fujimori.

La salud del político había sido un tema delicado en los últimos años. Su muerte marca el fin de una era que sigue generando debate en la sociedad peruana sobre su legado político. Fujimori fue un político y expresidente de Perú que gobernó el país entre 1990 y 2000. Nació en Lima en 1938, hijo de inmigrantes japoneses, originarios de la aldea de Kawachi. Llegó al poder en un contexto de crisis económica y violencia por parte de grupos armados como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

Al asumir la presidencia en julio de 1990, implementó un severo plan antiinflacionario conocido como “fujishock”, que generó descontento entre los sindicatos y el Congreso. Tras perder el apoyo parlamentario, Fujimori gobernó por decreto y el 5 de abril de 1992 llevó a cabo un autogolpe de Estado con el respaldo del Ejército, disolviendo el Congreso e interviniendo el Poder Judicial. Durante su mandato, implementó reformas económicas drásticas que estabilizaron la economía y emprendió una ofensiva militar contra el terrorismo, logrando la captura de líderes insurgentes. Sus simpatizantes lo describen como un héroe que salvó al país de la guerrilla y el colapso económico. Mientras que sus detractores lo describen como un autoritario que abusó de las instituciones democráticas del país para mantenerse en el poder.

Su Gobierno estuvo marcado por el genocidio y la corrupción. Durante esa década se ejecutaron varias masacres. Una de las más recordadas es la Masacre de Barrios Altos (Noviembre, 1991), cuando el grupo paramilitar Colina irrumpió en una fiesta en el distrito de Barrios Altos, en Lima, con el objetivo de eliminar a supuestos terroristas de Sendero Luminoso. Los miembros del grupo dispararon indiscriminadamente contra los asistentes, asesinando a 15 personas, incluidos un niño de ocho años y varias personas inocentes.

Su liderazgo también estuvo manchado por la corrupción, la violación de derechos humanos y el cierre del Congreso en 1992 para instaurar un gobierno autoritario. En 2000, su presidencia colapsó tras un escándalo de corrupción, lo que lo llevó a huir a Japón. En 2007 fue extraditado a Perú, donde fue condenado por delitos de lesa humanidad y corrupción, pasando varios años en prisión. A pesar de su controvertida figura, su legado sigue dividiendo a la opinión pública peruana.

Estuvo preso por 16 años hasta que el pasado diciembre abandonó la cárcel en Lima, donde cumplía una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. Esto fue posible luego de que el Tribunal Constitucional de Perú restituyera el indulto humanitario que le había sido concedido en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski. Esta decisión del TC desafió las órdenes previas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), generando polémica tanto a nivel nacional como internacional. Recientemente, el 14 de julio de este año, su hija había anunciado que el líder de derecha estaba interesado en postularse a la Presidencia en las elecciones de 2026, sorprendiendo a la población peruana, liderada hasta ahora por la presidenta Dina Boluarte.

Desde su infancia, Fujimori asistió a escuelas públicas en la capital peruana y se graduó en 1960 como ingeniero agrónomo con el mejor promedio de su promoción, según CNN. Más tarde, obtuvo una maestría en matemáticas y se dedicó a la enseñanza universitaria. Conocido como “el chino” debido a sus rasgos orientales, se casó en 1974 con Susana Higuchi, también de ascendencia japonesa, con quien tuvo a sus cuatro hijos: Keiko Sofía, Hiro Alberto, Sachi Marcela y Kenji Gerardo. Su matrimonio terminó en divorcio en 1996, y aunque Higuchi falleció en 2021, se convirtió en una crítica notable de sus gobiernos. En política, Fujimori emergió repentinamente en 1990 al aprovechar la crisis de los partidos tradicionales y ganó las elecciones presidenciales de ese año, superando en segunda vuelta al escritor Mario Vargas Llosa, quien más tarde recibiría el Premio Nobel de Literatura. Desde el inicio de su carrera política, Fujimori estuvo envuelto en controversias.

El legado de Fujimori es un tema que sigue dividiendo a la sociedad peruana. Por un lado, sus seguidores destacan sus logros en la estabilización económica y la lucha contra el terrorismo. Por otro lado, sus detractores subrayan los abusos de derechos humanos y la corrupción que marcaron su gobierno. La muerte de Fujimori no solo cierra un capítulo en la historia política de Perú, sino que también reabre viejas heridas y debates sobre el futuro del país.

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