El miércoles 25 de septiembre, Bucaramanga y su área metropolitana vivirán una jornada especial: un día sin carro y sin moto. Esta medida, que se extenderá desde las 6:00 a. m. hasta las 6:00 p. m., tiene una particularidad que la distingue de otras iniciativas similares: será completamente voluntaria. Esto significa que los ciudadanos podrán decidir libremente si desean dejar sus vehículos en casa o no, sin enfrentar ningún tipo de sanción.
Jhon Manuel Delgado, director del área metropolitana de Bucaramanga, explicó que la decisión de hacer voluntaria esta jornada responde a diversas situaciones que han afectado la economía local. En particular, se atendió una solicitud de Fenalco, la Federación Nacional de Comerciantes, para evitar perjudicar a los comerciantes con esta medida. Delgado expresó: “No vamos a tener sanciones pero esperamos que los ciudadanos se sumen a la decisión, es probable que en las mediciones no hayan grandes cambios pero ojalá nos llevemos sorpresas, vamos a hacer mediciones de accidentalidad vial, de congestión vehicular y de calidad del aire”.
El director también destacó que se espera que todo el servicio público de transporte esté habilitado para facilitar la movilidad de los ciudadanos. En este sentido, no habrá restricciones de pico y placa para los taxis, aunque los vehículos particulares que tengan pico y placa ese día no podrán circular por las calles del área metropolitana. En total, estarán disponibles 7.218 taxis, 844 vehículos colectivos y 18 buses de Metrolinea para atender la demanda de transporte.
Esta jornada sin carro y sin moto plantea varios retos y oportunidades. Por un lado, la voluntariedad de la medida podría limitar su impacto en términos de reducción de la congestión vehicular y la mejora de la calidad del aire. Sin embargo, también ofrece una oportunidad para observar el comportamiento ciudadano y evaluar el compromiso de la población con iniciativas ambientales y de movilidad sostenible.
Desde una perspectiva económica, la decisión de no imponer sanciones busca proteger a los comerciantes y evitar un impacto negativo en sus ventas. En un contexto donde la economía local ya ha sido golpeada por diversas situaciones, esta consideración es crucial. No obstante, también se podría argumentar que una medida más estricta podría haber generado beneficios ambientales y de salud más significativos.
En términos de seguridad vial, la jornada permitirá realizar mediciones de accidentalidad que podrían ofrecer datos valiosos para futuras políticas de movilidad. Si bien es probable que no se observen grandes cambios en un solo día, cualquier reducción en el número de accidentes sería un indicativo positivo.
La calidad del aire es otro aspecto que se medirá durante esta jornada. Aunque la voluntariedad de la medida podría limitar los cambios observables, cualquier mejora en los niveles de contaminación sería un paso en la dirección correcta. Además, estos datos podrían servir para sensibilizar a la población sobre la importancia de reducir el uso de vehículos particulares.