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Scotiabank Colpatria ha logrado consolidar su línea de Wealth Management en Colombia, integrando los negocios de Banca Privada, Fiduciaria y Comisionista de Bolsa en el país. Esta integración se realizó con el objetivo de fortalecer su estrategia de asesoría global patrimonial. Según Ivonne Casado, Head de Scotia Wealth Management para Colombia, la meta es duplicar el negocio en los próximos cinco años y convertir a Scotiabank Colpatria en uno de los jugadores más importantes en gestión patrimonial.

La estrategia ‘Total Wealth’ de Scotiabank Colpatria incluye asesoría financiera, productos bancarios especializados, soluciones de inversión y estructuración de fideicomisos de gestión patrimonial a nivel local e internacional. En el último año y medio, Scotia Wealth Management en Colombia ha experimentado un crecimiento superior al 30%, esperando alcanzar más de USD 22 millones en ingresos al cierre del presente año.

Scotia Wealth Management en Colombia administra el patrimonio de más de 800 grupos familiares y gestiona la patrimonial a través de vehículos de inversión para cerca de 3.600 clientes. Además, administra cerca de 500 fideicomisos a través de la Fiduciaria Scotiabank Colpatria y gestiona los servicios de intermediación en el mercado de valores a través de Scotia Securities.

Los activos bajo gestión de Scotia Wealth Management en Colombia ascienden a USD 3,8 billones de dólares, incluyendo activos fiduciarios bajo administración, depósitos, créditos, administración y custodia de valores, y recursos en Fondos de Inversión. Jabar Singh, presidente de Scotiabank Colpatria, asegura que la línea de negocios de Wealth Management se ha consolidado en el mercado colombiano, ofreciendo una gestión patrimonial total a los clientes.

Scotiabank Colpatria ha invertido constantemente en su modelo de negocio y cuenta con el respaldo de un banco con más de 50 años de experiencia a nivel local y su casa matriz en Canadá, que atiende a más de 2.5 millones de clientes en 14 países.

Por otro lado, Mario Guerrero, head de Estudios Económicos de Scotiabank Perú, comenta sobre la coyuntura económica en Perú, marcada por crisis política, alza de precios internacionales, inflación y conflictividad social. Guerrero explica que la recesión se asoma en Perú y cómo la falta de mensajes más claros para un mejor entorno de negocios afectará al país. Según él, la economía peruana depende mucho del contexto internacional, que es favorable, pero el deterioro de las expectativas lleva a un crecimiento más cercano al 1%.

La economía de Perú normalmente crece 1.2 veces respecto al mundo, por lo que debería estar al alza en cerca del 3%. Sin embargo, el deterioro de las expectativas apunta más hacia un crecimiento del 1%. El país está atravesando un Niño costero que puede desencadenar un Niño global hacia el verano del 2024, lo que podría afectar el crecimiento económico.

El entorno de negocios es otro factor que afecta el crecimiento económico. A pesar de la intención de mejorar, las señales no son contundentes para fomentar un clima de mayores inversiones y de atracción de capital. La falta de certidumbre en políticas públicas y la inversión pública son otros factores que frenan el crecimiento económico.

El gasto de inversión pública normalmente es creciente trimestre a trimestre, pero en el segundo trimestre se nota una desaceleración respecto al año pasado por falta de capacitación o demoras en contratación de personal. El Consejo de Competitividad señaló que, para regresar al nivel promedio de ejecución de gasto en Gobiernos subnacionales, tendría que duplicarse el ritmo de ejecución.

Las proyecciones optimistas del BCR sobre el nivel de crecimiento de la inversión pública (cayó 11% tras 15 meses al alza) están cerca de cero. En cuanto al Fenómeno del Niño, se espera que el escenario sea moderado, aunque existe el riesgo de que sea extraordinario.

A pesar de la inflación y un alza de salarios que no van necesariamente a la par, el consumo en Perú no se ha visto afectado. Esto se debe a que el empleo formal viene aumentando entre 4% y 5%. El emprendimiento es otro factor que da sostenibilidad al consumo, y se ve impulsado por créditos mype, demanda por zonas logísticas, digitalización y más transacciones a través de aplicativos y billeteras digitales.

Existen mecanismos no tradicionales para impulsar el emprendimiento, como los créditos revolventes que se usan en México. Antes de la pandemia, la inversión no minera en Perú estaba en un 15% de aumento. Con la crisis sanitaria bajó a 13%, pero pospandemia esto saltó a 18%, en parte gracias al boom del emprendimiento.

Antes de la pandemia, la inversión no minera estaba en un aumento del 15% del PBI. Sin embargo, durante la crisis sanitaria, este porcentaje disminuyó a 13%. Sorprendentemente, en la pospandemia, la inversión saltó a un 18% del PBI, impulsada en gran medida por el auge del emprendimiento.

A pesar de este crecimiento, no existe una política pública conocida para impulsar de manera sostenible este sector. Se sugiere que podría ser un nuevo motor económico para el país, especialmente en términos de viabilidad social.

En cuanto a la recesión, aunque la data del BCR muestra dos trimestres negativos, no hay consenso para basarse en un solo indicador. La recesión implica un descenso generalizado de variables como el nivel de empleo, el ingreso real, la producción industrial y las ventas retail.

El empleo se ha estancado entre el 4% y el 5%, mientras que el ingreso real ha disminuido debido a la inflación. Sin embargo, las ventas retail no han caído y se mantienen en un 3.5%.

Se espera que el ciclo de reducción de tasas comience en el cuarto trimestre con un recorte de 50 puntos básicos. Para el próximo año, con una inflación del 3.5% y una tasa de interés real neutral del 1.5%, podría haber un recorte de hasta 200 puntos básicos durante todo el 2024.

A pesar de que la inflación en Estados Unidos está mejorando y el mercado bajista parece haber llegado a su fin, la FED ha aumentado nuevamente la tasa de interés. Se espera que esta tasa llegue al 5.5% y se mantenga durante tres trimestres, para luego comenzar a reducirse en el segundo trimestre del 2024.

La inflación local dependerá en gran medida del FEN. Si este es débil, se espera que para el 2024 se esté en el rango meta. Si es moderado o más grave, la inflación podría disminuir hacia inicios del 2025.

A pesar de los desafíos económicos, se destaca que se tiene una de las monedas más estables de América Latina. El enfoque actual debe ser la viabilidad social.

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