hoy 30 de agosto, a partir de las 6:00 a.m., los gremios de transportadores se empezaron a tomarán las principales vías de 25 ciudades del país para protestar contra el anuncio de alzas en el precio del ACPM por parte del Gobierno. La Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) ha convocado a caravanas y plantones de mulas, camiones y volquetas en la “gran marcha nacional”. Recientemente, Fedetranscarga, el gremio de los transportadores de carga, señaló que buses urbanos, rutas turísticas y de transporte escolar, así como buses de transporte especial, se sumarán a las movilizaciones.
Henry Cárdenas, presidente de Fedetranscarga, anunció que los vehículos que se sumarán a este cese de actividades se ubicarán en puntos estratégicos de 25 ciudades. “Nosotros en la Cámara Intergremial del Transporte sacamos una propuesta a los transportadores y al país: marchemos pacíficamente en símbolo de que no estamos de acuerdo en que nos suban $6.000 el diésel. En las ciudades principales nos ubicaremos en ciertos puntos estratégicos, donde se van a ver marchar los camiones, tractomulas, volquetas, buses de pasajeros y de servicio especial”, manifestó Henry Cárdenas en una entrevista con Caracol Radio.
Hasta el momento, los transportadores han anunciado caravanas y bloqueos en los siguientes puntos:
– Bogotá: El Playón de Fontibón (6:00 a. m.)
– Medellín: Avenida Regional en el Kenworth de la Montaña (6:00 a. m.)
– Barranquilla: Vía 40 (6:00 a. m.)
– Cali: Cencar (6:00 a. m.)
– Pereira: Ruleta la Romelia (8:00 a. m.)
– Ocaña: Alcolsure (8:00 a. m.)
– Pasto: Chapal (9:00 a. m.)
– Pitalito: Bomba Cootranshuila (hora por confirmar)
– Villavicencio: Estacionamiento Pacífico (9:00 a. m.)
– Popayán: La Variante (8:00 a. m.)
– Cartagena: La Variante (6:00 a. m.)
– Bucaramanga: Puerta del Sol (6:00 a. m.)
– Manizales: Estación Lanea (6:00 a. m.)
– Ipiales: Los Chilcos (9:00 a. m.)
– Duitama: Avenida Las Américas (hora por confirmar)
Así mismo habrá concentraciones en Pitalito, Tunja, Neiva, Yopal y Cúcuta. Todavía no se ha confirmado hora de inicio ni lugar.
El galón de diésel tendrá un incremento total de $6.000 de aquí a finales de 2025. A la fecha, el galón de este combustible tiene un costo de $9.456, por lo que pasaría a tener un costo superior a los $15.000. Dicho incremento de $6.000 se repartiría en tres ajustes de $2.000 cada uno. Cada subida se haría semestralmente y la primera se haría antes de terminar el 2024. La segunda se haría a mediados de 2025 y la tercera, a finales de 2025.
“No es momento adecuado para incrementar el ACPM en $6.000 por galón. La economía sigue estancada (…). Un aumento significativo en el ACPM derivará en una nueva presión en la inflación en los diferentes sectores de la economía, lo cual afectará el proceso de reactivación”, indicó la Cámara Intergremial de Transporte el pasado 20 de agosto.
El Gobierno ha insistido que la razón detrás de las alzas a los combustibles es evitar que aumente el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). El FEPC terminó 2022 con un déficit de $37 billones que, si no se resolvía, se tendría que asumir con el Presupuesto General. El Gobierno de Gustavo Petro ya ajustó el precio de la gasolina, pero el gran pendiente todavía es el ajuste en el diésel. En 2023, el déficit del FEPC fue de $15,2 billones y este año cerraría en $12 billones, que le correspondería exclusivamente al ACPM, según las cuentas del Ministerio de Hacienda.
Según Bonilla, cada ajuste en el precio del ACPM ayudará a reducir el déficit del FEPC entre $2 y $3 billones. El incremento del ACPM coincide con las previstas subidas en las tarifas de peajes. Esto intensifica el impacto en los costos de transporte, lo que a su vez afecta los precios de bienes y servicios. En última instancia, los consumidores podrían sentir el efecto en sus bolsillos.
La situación es compleja y tiene múltiples aristas. Por un lado, los transportadores argumentan que el incremento en el precio del ACPM afectará gravemente sus costos operativos. Esto podría traducirse en un aumento en los precios de los productos que transportan, afectando a toda la cadena de suministro. Además, el incremento en los peajes añade una carga adicional, haciendo que el transporte de mercancías sea aún más costoso.
Por otro lado, el Gobierno sostiene que el ajuste es necesario para reducir el déficit del FEPC. Este fondo ha sido crucial para mantener los precios de los combustibles relativamente estables en el país. Sin embargo, el déficit acumulado es insostenible y debe ser abordado para evitar mayores problemas fiscales en el futuro.
La protesta de los transportadores también pone de manifiesto la tensión entre las necesidades económicas del país y las realidades del mercado global de combustibles. El precio del petróleo y sus derivados ha sido volátil en los últimos años, y los gobiernos de todo el mundo han tenido que tomar decisiones difíciles para equilibrar sus presupuestos.
En este contexto, es crucial que se busquen soluciones que minimicen el impacto en los sectores más vulnerables de la economía. Una opción podría ser la implementación de subsidios temporales para los transportadores más afectados. Otra posibilidad es la creación de un fondo de emergencia que pueda ser utilizado para mitigar los efectos de los aumentos en los precios de los combustibles.