La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lanzado una advertencia urgente sobre la necesidad de reforzar las acciones para mejorar la calidad del aire a nivel mundial. Según el boletín publicado ayer, la gran mayoría de la población mundial respira aire altamente contaminado. Esta situación es alarmante y requiere una atención inmediata y coordinada.
Lorenzo Labrador, científico de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), afirmó en un comunicado: “Casi todos los habitantes de la Tierra, básicamente nueve de cada diez personas, respiran aire que esencialmente no es apto para su propósito”. Esta declaración subraya la gravedad del problema. De acuerdo con la OMM, las personas están expuestas con mucha frecuencia a niveles de material particulado que superan los límites máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos límites están diseñados para evitar afectaciones en la salud de las personas.
La OMM también destacó que la contaminación del aire ambiental causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año. Además, tiene un alto costo económico y ambiental. Esta información se publica en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Aire Limpio, que se celebra el 7 de septiembre. El tema principal para 2024 es “invertir en aire limpio ahora”. Este llamado a la acción es crucial para abordar un problema que afecta a todos los rincones del planeta.
La alta contaminación del aire no solo afecta la salud humana. También tiene impactos significativos en los ecosistemas. La Secretaria General Adjunta de la OMM, Ko Barrett, declaró: “El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse conjuntamente. Reconocer esta interrelación y actuar en consecuencia conllevaría beneficios para la salud de nuestro planeta, sus habitantes y nuestras economías”. Esta declaración resalta la necesidad de una visión holística para abordar estos problemas interrelacionados.
Durante lo que va del 2024, se ha mantenido la misma tendencia del año anterior en términos de contaminación. Las sequías y el calor extremo aumentan las probabilidades de incendios forestales, una de las fuentes de emisión de material particulado. A esto se suma la actividad humana, especialmente la quema de combustibles fósiles, que genera emisiones contaminantes que van a la atmósfera y terminan afectando el aire que respiramos. Esta combinación de factores agrava la situación y hace más urgente la necesidad de tomar medidas.
Los países de ingresos bajos y medios, principalmente en África y Latinoamérica, son los que presentan mayores afectaciones. Estos países enfrentan desafíos adicionales debido a la falta de recursos y tecnología para combatir la contaminación del aire. Mientras tanto, China y Europa están presentando mejoras en su calidad del aire debido a la disminución de sus emisiones de origen humano. Estas mejoras son el resultado de políticas más estrictas y tecnologías más limpias. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para alcanzar niveles de calidad del aire seguros en todo el mundo.
La situación en África y Latinoamérica es particularmente preocupante. Estos países no solo enfrentan altos niveles de contaminación del aire, sino que también carecen de los recursos necesarios para implementar soluciones efectivas. La falta de infraestructura adecuada y la dependencia de combustibles fósiles agravan el problema. Además, la urbanización rápida y descontrolada contribuye a la mala calidad del aire en estas regiones.
En contraste, China ha implementado políticas agresivas para reducir la contaminación del aire. Estas políticas incluyen la reducción de la dependencia del carbón, la promoción de energías renovables y la implementación de estándares más estrictos para las emisiones industriales. Europa, por su parte, ha adoptado una combinación de regulaciones y tecnologías limpias para mejorar la calidad del aire. Estas medidas han resultado en una disminución significativa de las emisiones contaminantes.
Sin embargo, es importante destacar que las mejoras en China y Europa no deben llevar a la complacencia. La contaminación del aire sigue siendo un problema global que requiere una acción coordinada. Los países desarrollados tienen la responsabilidad de apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos por mejorar la calidad del aire. Esto puede incluir la transferencia de tecnología, la financiación de proyectos de energía limpia y la capacitación de personal.
Además, es crucial que se promueva la conciencia pública sobre la importancia de la calidad del aire. Las campañas de educación y sensibilización pueden desempeñar un papel vital en la movilización de la acción comunitaria. Las personas deben entender cómo sus acciones cotidianas, como el uso de vehículos y la quema de residuos, contribuyen a la contaminación del aire. Solo a través de un esfuerzo colectivo se pueden lograr mejoras significativas.
