En las últimas semanas de diciembre de 2023, la comunidad que rodea a Brian Vastag y Beth Mazur se vio sacudida por una serie de obituarios falsos que circulaban en línea. Beth Mazur, conocida por su activismo en favor de las personas discapacitadas y su escritura sobre enfermedades crónicas, había fallecido realmente el 21 de diciembre. Sin embargo, la red se llenó de artículos que también anunciaban erróneamente la muerte de Brian Vastag, su exesposo y cercano colaborador. Este incidente destapó una problemática mucho más amplia relacionada con la desinformación en línea y el papel de los motores de búsqueda en su difusión.
Los obituarios falsos de Vastag, que aparecieron en la cima de los resultados de búsqueda de Google, provocaron una ola de confusión y dolor entre amigos y conocidos. Algunos, incluso estando de vacaciones en la otra mitad del mundo, se vieron afectados por esta noticia incorrecta. Vastag, quien estaba vivo, expresó su frustración y enojo ante la situación, destacando el impacto emocional que estos errores pueden tener en las personas.
La investigación realizada por The Verge reveló que más de una docena de sitios web, junto con varios canales de YouTube, habían publicado contenido sobre la muerte de Mazur, y por error, la de Vastag. Estos sitios, caracterizados por nombres extraños y una producción constante de artículos sobre una variedad de temas, parecen utilizar herramientas de inteligencia artificial para generar contenido lleno de palabras clave, atrayendo así a usuarios en busca de información. Este fenómeno no es nuevo; los sitios de cebo SEO han explotado la muerte de individuos para generar ingresos a través de anuncios intrusivos durante años. Sin embargo, la facilidad de uso y accesibilidad de la tecnología de IA generativa ha acelerado y exacerbado el problema.
El “raspado de obituarios” afecta tanto a figuras públicas como a individuos privados, con sitios que recopilan y republicar información de muerte a gran escala. Estos agregadores de obituarios, que a menudo contienen información inexacta, superan en rango a las funerarias locales en los resultados de búsqueda, complicando aún más el proceso de duelo para las familias afectadas. Courtney Gould Miller, de MKJ Marketing, señala que este problema se debe en parte a cómo los algoritmos de búsqueda priorizan el contenido basado en enlaces de retroceso, autoridad y tráfico, beneficiando a los agregadores sobre las funerarias que tienen una relación directa con las familias en duelo.
Google, por su parte, afirma estar trabajando en actualizaciones para mejorar los resultados de búsqueda y abordar el contenido angustioso. Sin embargo, la respuesta de la compañía a las quejas específicas, como las presentadas por Vastag, a menudo parece insuficiente, limitándose a respuestas automatizadas que indican que el contenido no viola sus políticas.
Este incidente subraya la necesidad urgente de abordar la desinformación en línea y mejorar los mecanismos de verificación de hechos y control de calidad en los motores de búsqueda. La proliferación de obituarios falsos y la manipulación de la información no solo causan angustia a los afectados, sino que también plantean preguntas más amplias sobre la responsabilidad de las plataformas en línea en la era de la inteligencia artificial. La comunidad en línea, las empresas tecnológicas y los reguladores deben colaborar para encontrar soluciones efectivas que protejan la integridad de la información y minimicen el daño a las personas en momentos de vulnerabilidad.
