COP28UAE - @COP28_UAE Twitter
COP28UAE – @COP28_UAE Twitter

El cambio climático es una realidad que ya estamos viviendo y sus efectos sobre la salud humana son cada vez más evidentes y preocupantes. Organizaciones internacionales y científicos de todo el mundo están en alerta, y no es para menos. La próxima cumbre de cambio climático, la Cop28, que se inaugurará el 30 de noviembre, tiene en su agenda este tema crítico. La urgencia de abordar las consecuencias del cambio climático en la salud es palpable y se espera que genere debates intensos y propuestas concretas.

El informe anual sobre cambio climático y salud de The Lancet es una fuente de información valiosa que arroja luz sobre las amenazas que enfrentamos. Este documento analiza meticulosamente cómo el aumento de las temperaturas, la contaminación del aire y la propagación de enfermedades infecciosas están interconectados con el cambio climático. Además, proyecta un futuro sombrío: para el año 2050, se estima que las muertes por calor podrían aumentar hasta cinco veces. Este dato es alarmante y subraya la necesidad de tomar medidas inmediatas y efectivas.

La realidad de estas proyecciones ya se siente en el presente. Por ejemplo, en Córdoba, España, una imagen capturada el 10 de julio de 2023, muestra a un joven buscando alivio del calor en una fuente pública. Este acto, que podría parecer trivial, es en realidad un síntoma de un problema mucho mayor. La ciudad experimentó ese día temperaturas extremas de hasta 45 grados Celsius, parte de la segunda ola de calor del verano, con temperaturas que oscilaron entre los 38 y 43 grados en amplias zonas de España. Estas temperaturas no solo son incómodas, sino que también son peligrosas, especialmente para los grupos vulnerables como los ancianos, los niños y las personas con enfermedades crónicas.

La contaminación del aire, otro factor analizado en el informe de The Lancet, no solo contribuye al cambio climático, sino que también tiene efectos directos sobre la salud respiratoria y cardiovascular. Las partículas finas y los gases nocivos que se emiten en la atmósfera pueden provocar desde enfermedades respiratorias agudas hasta incrementar el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Las enfermedades infecciosas, por su parte, encuentran en el cambio climático un aliado para su expansión. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvia favorecen la proliferación de vectores como mosquitos, que pueden transmitir enfermedades como el dengue, la malaria o el zika. Además, el cambio climático puede afectar la seguridad alimentaria, aumentando el riesgo de desnutrición y las enfermedades relacionadas con ella.

Ante este panorama, la Cop28 no es solo una reunión más en el calendario internacional; es una oportunidad crucial para que los líderes mundiales se comprometan con acciones concretas y coordinadas. La salud humana debe ser una prioridad en la agenda climática, y las políticas deben reflejar la gravedad de la situación. La adaptación y la mitigación son dos estrategias clave que deben ser reforzadas para proteger a las poblaciones más vulnerables y para intentar frenar el avance del cambio climático.

La comunicación sobre estos temas es esencial para generar conciencia y promover la acción. Como periodistas, tenemos la responsabilidad de informar con precisión y claridad, de ser la voz de aquellos que no la tienen y de presionar a los tomadores de decisiones para que actúen con la urgencia que la situación demanda. La salud de nuestro planeta y de sus habitantes está en juego, y cada artículo, cada imagen, cada dato que compartimos, contribuye a la construcción de un futuro más sostenible y saludable.

Comentarios
You May Also Like

Incendios en Colombia: El frailejón y la crisis ambiental

Los incendios en el páramo de Berlín amenazan los frailejones y la seguridad hídrica de Colombia, exigiendo acciones urgentes de conservación.

Inflación en Argentina: un desafío que requiere soluciones urgentes

La inflación en Argentina alcanza niveles alarmantes, con un aumento anual del 204,4%, poniendo en riesgo la estabilidad económica y social.