El ejército israelí continúa su ofensiva en Gaza y ha tomado el control del corredor Filadelfia, aumentando las tensiones entre El Cairo y Tel Aviv. Esta zona desmilitarizada, ubicada a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza, existe desde el tratado de paz firmado a finales de la década de los 70. El humo se eleva tras un ataque aéreo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 30 de mayo de 2024. Según el Ministerio de Salud palestino y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), más de 36.000 palestinos y más de 1.400 israelíes han muerto desde que los militantes de Hamas lanzaron un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023, y las operaciones israelíes en Gaza y Cisjordania que le siguieron.
Las autoridades egipcias han expresado en varias ocasiones su rechazo a la incursión de tanques israelíes en el corredor Filadelfia. Tsahal anunció su control este miércoles. Se trata de una zona colchón de 14 kilómetros de largo dentro de la franja de Gaza, limítrofe con la frontera egipcia pero desmilitarizada de acuerdo con el tratado de paz. Egipto acusa a Israel de jugar con fuego al violar los acuerdos y ha declarado que se reserva “el derecho a tomar todas las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad de su territorio”.
Este corredor de tres kilómetros de ancho separa los primeros edificios egipcios de la Franja de Gaza. Se estableció tras los acuerdos de Camp David, firmados por Egipto e Israel en septiembre de 1978, para impedir cualquier incursión armada y controlar la circulación de palestinos. En ese momento, la intención para Egipto e Israel era garantizar la seguridad de este territorio fronterizo, porque temían incursiones, contrabando o tráfico de armas entre el Sinaí egipcio y la Franja de Gaza.
El corredor Filadelfia es una ruta de patrulla que el ejército israelí se labró antes de que Israel se retirara unilateralmente de este territorio palestino en 2005, tras 38 años de ocupación. Para crearlo fue necesario demoler varias casas y acentuar la división de Rafah en dos partes: una egipcia y otra palestina, lo que suscitó las críticas de la comunidad internacional.
En cuanto a “Filadelfia”, se cree que es un nombre en clave utilizado por el ejército israelí, sin ningún vínculo con la ciudad estadounidense. Tanto egipcios como palestinos lo llaman también “corredor Saladino”.
“Era un balón de oxígeno para Hamás que lo utilizaba habitualmente para trasladar armas hacia Gaza”, declaró el miércoles el portavoz del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari. “Son mentiras destinadas a enmascarar el fracaso militar israelí en Rafah y a intentar salir de la crisis política”, reaccionó un funcionario egipcio.
El Cairo e Israel se culpan mutuamente además de bloquear la entrega de ayuda humanitaria en el paso fronterizo de Rafah, único punto de paso entre el territorio palestino y Egipto desde que el ejército israelí tomó el control.
“Para Israel es esencial impermeabilizar esa frontera en el marco de su operación en Rafah. Controlarla le permite supervisar y aislar a los supuestos últimos batallones de Hamás que siguen operando en los alrededores”, explica a RFI David Rigoulet-Roze, especialista en relaciones internacionales y Oriente Próximo.
Luego se anunció que se habían descubierto una veintena de túneles, uno de los cuales tendría 1,5 kilómetros de largo y estaría muy cerca de la frontera egipcia, a menos de 50 metros.
El corredor Filadelfia, también conocido como corredor Saladino, ha sido un punto de fricción constante. Su control es estratégico tanto para Israel como para Egipto. Para Israel, representa una barrera contra el contrabando de armas y la infiltración de militantes. Para Egipto, es una cuestión de soberanía y seguridad nacional. La toma de control por parte de Israel ha generado una respuesta enérgica de Egipto, que ve en esta acción una violación de los acuerdos de paz y una amenaza directa a su seguridad.
La situación en Rafah es compleja y multifacética. La presencia de túneles subterráneos utilizados para el contrabando de armas y suministros ha sido un problema persistente. Estos túneles no solo facilitan el tráfico de armas, sino que también permiten el movimiento de militantes y recursos, complicando aún más la situación de seguridad en la región.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia y la situación humanitaria en Gaza. La toma del corredor Filadelfia por parte de Israel ha exacerbado estas preocupaciones, ya que ha llevado a un bloqueo casi total de la ayuda humanitaria. Las organizaciones internacionales han instado a ambas partes a permitir el acceso de ayuda para aliviar el sufrimiento de la población civil.
El conflicto en Gaza y la toma del corredor Filadelfia son un reflejo de las tensiones más amplias en la región. La lucha por el control territorial, la seguridad y la soberanía sigue siendo un tema central. La comunidad internacional, incluidos actores clave como Estados Unidos y la Unión Europea, tiene un papel crucial en mediar y buscar soluciones a largo plazo que aborden las raíces del conflicto.