En Israel, una huelga general paralizó gran parte de la vida pública para presionar al Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu a un acuerdo para liberar a los rehenes aún en manos de Hamás. En muchas ciudades, las autoridades permanecieron cerradas este lunes 2 de septiembre. Numerosos autobuses y tranvías fueron cancelados o solo circularon de forma limitada. Algunas de las compañías relacionadas con el transporte que secundaron la huelga son la Autoridad de Aeropuertos de Israel y los puertos de Haifa, Ashdod, Eliad y Hadera. También lo hicieron la Compañía Eléctrica de Israel y el Servicio Postal. El aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv, detuvo las salidas de vuelos durante dos horas, hasta reanudarlas de nuevo alrededor de las diez de la mañana.
Además, la Universidad Hebrea, la de Haifa, la universidad Abierta y la de Ben Gurion son algunos de los 17 centros que confirmaron su participación. Seis de los bancos principales del país también se unieron a la huelga. Los hospitales solo funcionaban parcialmente. Las asociaciones de empresarios apoyaron la huelga y permitieron que sus empleados se unieran a ella.
La huelga fue convocada por el mayor sindicato de Israel, Histadrut, en solidaridad con las familias de los rehenes. Este movimiento se produjo en un momento de creciente descontento en el país. El hallazgo en la noche del sábado en Gaza de los cadáveres de seis rehenes, asesinados por Hamás entre el jueves y el viernes, tras haber sobrevivido a casi 11 meses de cautiverio, según el Ejército israelí, exacerbó la situación.
Arnon Bar-David, presidente de la agrupación de sindicatos Histadrut, anunció que pondrá fin a la huelga a las 6.00 p. m. hora local (15:00 GMT). “No toleraré el abandono” de los rehenes, había dicho la víspera Bar-David, al anunciar la convocatoria. Sin embargo, según documentos judiciales vistos por Reuters, el Tribunal Laboral de Israel en Tel Aviv dictaminó que la huelga debe terminar a las 2:30 p.m. hora local (11:30 GMT). El Fiscal del Estado había pedido a este tribunal que se pronunciase contra la huelga, asegurando que “no es una huelga por un conflicto laboral colectivo” sino política. La demanda llegó después de que el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, contactara el domingo con el Fiscal General para pedir medidas cautelares con respecto a la huelga. “Se trata de una huelga política que no está bajo autoridad de Histadrut”, escribió también Smotrich en la red social X.
Las protestas contra el Gobierno de Netanyahu se intensificaron nuevamente el domingo. El Ejército encontró los cuerpos de los seis rehenes en un túnel en el sur de la Franja de Gaza. En Jerusalén y Tel Aviv, al menos medio millón de personas salieron a las calles para exigir un acuerdo con la organización radical islámica palestina Hamás. Esta organización es considerada terrorista por la Unión Europea, EE. UU., Israel y otros países. Los manifestantes exigían la liberación de rehenes y un alto al fuego.
La Policía israelí detuvo anoche en Tel Aviv a 29 personas “por alteración del orden público, agresión a agentes y vandalismo brutal en la autopista Ayalon y en el lugar de la protesta del cruce de Azrieli”, según el informe policial de la noche. El diario israelí Haaretz recogió este lunes que 25 de los detenidos continúan bajo custodia policial y algunos siguen siendo interrogados. De los 251 secuestrados durante los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, quedan en el enclave al menos 97 cautivos. Unos 33 han sido confirmados muertos, según el Ejército. En la Franja ya había otros cuatro rehenes desde hace años, de ellos dos soldados muertos.
Muchos manifestantes ven las reticencias de Netanyahu para alcanzar el acuerdo como el motivo de la muerte de los seis rehenes. El mandatario exige mantener la presencia militar israelí en el corredor de Filadelfia, que separa Egipto de Gaza. Los manifestantes denunciaron que los rehenes estarían vivos de haber llegado al consenso con Hamás. Netanyahu acusó el domingo a Hamás de no querer un acuerdo para liberar a los rehenes, a pesar de meses de esfuerzos.
Durante meses, la presión sobre Netanyahu para garantizar el regreso de los rehenes ha aumentado constantemente. Las negociaciones indirectas a través de los mediadores Qatar y Egipto, así como de los EE. UU. en la guerra con Hamás que dura ya casi once meses, no avanzan. Netanyahu insiste en mantener tropas israelíes en el llamado Corredor Filadelfia, en el sur de la Franja de Gaza, para impedir el contrabando de armas desde Egipto. Esta presencia de tropas se considera ampliamente como el punto clave de discordia en las negociaciones con Hamás.