En la tranquila madrugada de este martes, el barrio Manrique, situado en el nororiente de Medellín, fue testigo de un meticuloso procedimiento que marcó el inicio de la recuperación tras un accidente que conmocionó a la comunidad el día anterior. Un helicóptero, que había quedado incrustado en una antena tras un accidente en la tarde del lunes, fue finalmente extraído de su precaria posición. Este esfuerzo, llevado a cabo por más de 70 personas, incluyendo al personal del Cuerpo de Bomberos de Medellín y con el apoyo de grúas, se realizó con el máximo cuidado, buscando garantizar la seguridad de todos los involucrados y de quienes transitan por este concurrido sector de la ciudad.
La operación de extracción comenzó pasada la 1:00 de la mañana, después de que la empresa de servicios públicos EPM cortara el suministro de energía en la zona, una medida preventiva para evitar cualquier riesgo adicional. Este meticuloso proceso no solo demostró la eficacia y preparación de los equipos de emergencia, sino también la solidaridad y el compromiso de la comunidad con la seguridad colectiva.
El helicóptero, un Bell 206 con matrícula HK4810, fue trasladado en un planchón hacia el aeropuerto Olaya Herrera. Allí, se realizará una evaluación detallada para determinar si la aeronave puede ser reparada. Este incidente ha llevado a la suspensión indefinida del servicio de helicóptero que ofrecía transportes hasta la azotea del restaurante Hangar M45, así como la atención en el mismo, según se anunció en sus redes sociales. Este servicio, que tenía un costo de 3.550.000 pesos, ofrecía una experiencia única que incluía un cóctel de bienvenida y un sobrevuelo por la ciudad, una aventura que duraba entre 12 y 15 minutos y que, lamentablemente, terminó en tragedia para los seis tripulantes de la aeronave.
Afortunadamente, cinco de los seis tripulantes se recuperan en sus viviendas y hoteles, mientras que uno de ellos fue trasladado a la Clínica CES con una fractura en su pierna izquierda y laceraciones en el resto de su cuerpo. Este incidente no solo ha dejado secuelas físicas en los afectados, sino también un profundo impacto emocional en la comunidad.
El director del Dagrd, Carlos Andrés Quintero, anunció que se iniciarán investigaciones para esclarecer las causas del accidente. Las primeras hipótesis apuntan al mal tiempo y a los fuertes vientos como factores determinantes que hicieron perder la estabilidad al helicóptero, provocando que diera cinco giros en el aire antes de su fatal encuentro con la antena. Este suceso ha generado un llamado urgente de los vecinos del sector a la Alcaldía de Medellín para revisar los permisos de vuelo del helicóptero, preocupados por el ruido y, ahora, por el temor a futuros accidentes en uno de los principales epicentros comerciales del nororiente de Medellín.
Este accidente ha dejado en evidencia la necesidad de revisar y fortalecer las medidas de seguridad relacionadas con el transporte aéreo en zonas urbanas, especialmente en lo que respecta a los permisos de operación y las condiciones meteorológicas adversas. La comunidad de Manrique, aunque aliviada por la rápida respuesta y manejo del incidente, queda con la incertidumbre y el temor de que situaciones similares puedan repetirse. Es imperativo que las autoridades tomen cartas en el asunto, no solo para esclarecer las causas de este accidente, sino para implementar medidas que prevengan futuros incidentes. La seguridad de los ciudadanos debe ser siempre la prioridad, y este evento es un recordatorio crítico de la importancia de mantener y mejorar constantemente los estándares de seguridad.
