En un acto solemne y cargado de emotividad, el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, se dirigió a la comunidad de Armero en la conmemoración de los 38 años de la catástrofe que marcó un antes y un después en la historia de Colombia. Con palabras que resonaron en el silencio de la memoria, Correa ofreció disculpas en nombre del Gobierno Nacional a las víctimas de la tragedia, un gesto que, aunque no borra el dolor, busca sanar heridas y reconstruir la confianza.
El ministro Correa, en un gesto de compromiso y reconocimiento, inauguró la primera estación de la memoria, un espacio que se erige como símbolo de la resiliencia y la esperanza. Estas estaciones, que se distribuirán estratégicamente en el territorio afectado, no solo servirán como puntos de encuentro para el recuerdo, sino también como centros de aprendizaje y reflexión, donde la historia de Armero se contará a las futuras generaciones.
Durante la ceremonia, el ministro anunció la creación de una mesa interinstitucional y el cumplimiento de la ley de honores, reafirmando así el compromiso del gobierno con las víctimas. Este anuncio es un paso adelante en la dirección correcta, pues reconoce la necesidad de una acción coordinada y efectiva para abordar las consecuencias de la tragedia y las demandas de justicia y reparación.
La presencia de la representante Martha Alfonso, quien ha dedicado años de lucha en el Congreso por el reconocimiento y la reparación de las víctimas, y de Francisco González, director de la Fundación Armando Armero, en la inauguración de la estación, es un testimonio de la perseverancia y el compromiso de la comunidad con la memoria de Armero. Alfonso, con su discurso, enfatizó la importancia de no olvidar y de seguir insistiendo en la justicia y la reparación, incluso después de tantos años.
La Ley 1632 de 2013, mencionada por Alfonso, es un marco legal que busca honrar la memoria de las víctimas y promover la reparación, pero su implementación ha sido limitada. La invitación a trabajar conjuntamente en la implementación de esta ley es un llamado a la acción que no puede ser ignorado.
El ministro Correa, con una conexión personal con Armero a través de las raíces de su madre, se comprometió al desarrollo del Parque Nacional Temático Jardín de la Vida, un espacio que invita a la reflexión y al reconocimiento del valor de la vida. Este proyecto, junto con las medidas para fortalecer la economía local, como la señalética, limpieza, seguridad y mantenimiento, y el apoyo a vendedores ambulantes, son iniciativas que buscan revitalizar la región y ofrecer oportunidades de desarrollo sostenible.
La estrategia de turismo comunitario en Honda, Mariquita, Ambalema y Armero, y la creación de una unidad de investigación de archivos, son pasos hacia la preservación de la memoria histórica y la promoción de la cultura y el patrimonio de la región. La coordinación con el IGAC y la Superintendencia de Notariado y Registro para el Registro Único de Propietarios Urbanos es una medida práctica que proporcionará claridad y seguridad jurídica a los habitantes.
La valoración y reconocimiento del área arqueológica protegida, el inventario de objetos y lugares de memoria, y el trabajo con la comunidad en mesas permanentes, son iniciativas que refuerzan la importancia de la participación ciudadana en el proceso de memoria y reparación.
En el ámbito educativo, la ampliación de la beca Omaira Sánchez y la gestión de cupos en educación técnica con el SENA, junto con campañas de concientización y promoción, son esfuerzos para asegurar que las lecciones aprendidas de la tragedia de Armero se transmitan y se utilicen para construir un futuro más resiliente.
La designación de Francisco González como director de la estrategia Armero desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, es un reconocimiento a su labor y un voto de confianza en su capacidad para liderar estos esfuerzos.
La colaboración con el ICBF, la Unidad para las Víctimas y la Fiscalía para investigar casos de niños afectados por la tragedia y crear un protocolo para el rescate y entrega de niños en desastres naturales, es una iniciativa que aborda una de las facetas más dolorosas de la tragedia. La inclusión de los armeritas como víctimas en la Ley de Víctimas es un paso necesario para garantizar que reciban el reconocimiento y la reparación que merecen.
El establecimiento de un mecanismo de diálogo y acción intra e interinstitucional bajo la dirección de González es una estrategia que promete coordinación y eficiencia en la implementación de todas estas medidas.
El gobierno se ha fijado metas específicas para lograr al final de los dos años y nueve meses de mandato, un plazo que, aunque puede parecer breve, es suficiente para sentar las bases de un cambio significativo y duradero. El camino hacia la reparación y el reconocimiento es largo y complejo, pero con la colaboración y la unión de la sociedad, como bien afirmó Correa, el cambio necesario es posible. La memoria de Armero y sus víctimas merece ser preservada y honrada, y este acto de conmemoración es un paso hacia la justicia y la reparación que han esperado durante décadas.
