Esta semana, el Ministerio de Ambiente anunció que la pérdida de bosques en Colombia fue la más baja en los últimos 23 años. La ministra Susana Muhamad destacó el trabajo con las comunidades y los avances en la negociación de la paz con grupos armados como factores clave.
A inicios de esta semana, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, dio a conocer las cifras de deforestación de 2023. Según la cartera, durante el año pasado se logró la mayor reducción de esta problemática ambiental en los últimos 23 años. En cifras más concretas, durante el año pasado se reportó una disminución del 36 % de la deforestación, pasando de 123.517 hectáreas taladas en 2022 a 79.256 ha en 2023. Visto de otra forma, se previno la pérdida de 44.000 ha de bosque, lo que representa un área de casi tres veces la superficie de la ciudad de Bucaramanga.
Además, la Ministra precisó que la reducción acumulada en los primeros dos años del Gobierno es del 54%, entre 2021 y 2023, superando la meta propuesta. “Es, por primera vez, una cifra que reduce sustancialmente la deforestación por debajo de las 100.000 hectáreas”, indicó la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. “Es algo icónico en esta lucha, y un elemento fundamental para este logro es la reducción que tenemos en la Amazonia, que es precisamente la cifra que empuja este avance en todo el país”.
Como reveló la ministra en septiembre de 2022, los departamentos de Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare, que hacen parte del llamado “arco de deforestación amazónica”, concentraron el 58 % de las más de tres millones de hectáreas deforestadas en los últimos 21 años. Durante 2023, fueron estos departamentos del arco amazónico de deforestación, donde se presentaron los resultados más significativos. Como puede ver en el mapa en esta página, se registraron disminuciones en los departamentos del Meta (-57 %), Putumayo (-52 %), Caquetá (-34 %) y Guaviare (-27 %).
Es en estos departamentos del arco amazónico en donde el Gobierno Nacional ha concentrado sus estrategias para frenar esta problemática ambiental de la que depende, no solo la estabilidad de la región, sino también del planeta. Los bosques en Colombia cubren más de 59,2 millones de hectáreas (ha) del territorio nacional a lo largo de sus montañas, planicies, valles, playas, entre otros de los diversos escenarios geográficos con los que cuenta el país. Más allá de estas cifras impresionantes, quizá lo más valioso es lo que ocurre en pequeña escala en estos ecosistemas.
Como lo describe Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, “cada árbol es un microecosistema, en cada uno de estos espacios hay centenares de individuos de muchas especies, por lo que cada vez que perdemos un árbol muere un ecosistema y mueren, con él, cientos de especies”. La alerta que hace Trujillo habla sobre lo que está en juego con una problemática ambiental que se ha extendido durante años en el país y en la región: la deforestación. De esta solo se tiene conocimiento de su magnitud desde principios del milenio, con cifras que han preocupado por décadas a científicos y a comunidades locales.
Es en este contexto que el Gobierno Nacional ha enfocado sus acciones para frenar la deforestación en el país. En particular esto se ha aplicado en el Plan de Contención de la Deforestación que cuenta con los siguientes pilares: el programa Conservar Paga, la agenda ambiental para la paz, el fortalecimiento institucional en los territorios, la investigación criminal para llegar a los determinadores de la deforestación y el despliegue de la Fuerza Pública en puntos clave.
La clave para esta reducción, según la cartera de ambiente, ha sido los avances de las negociaciones de paz, en particular con el Estado Mayor Central, la principal disidencia de las Farc, y una apuesta por lograr un uso sostenible del bosque por parte de las comunidades en los territorios. El trabajo con las comunidades busca hacerle frente a las principales causas de la deforestación en el país: la praderización para el acaparamiento de tierras para prácticas no sostenibles, la ganadería extensiva, la infraestructura de transporte no planificada, los cultivos de uso ilícito y la extracción ilegal de minerales y madera.
El programa Conservar Paga —en el que se entregan incentivos económicos a los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades negras que se comprometan con la protección y conservación de los bosques— triplicó durante el año pasado los giros a los campesinos, pueblos indígenas y comunidades negras que se comprometieron con la protección y conservación de los bosques amazónicos. De esta manera, más de 1.500 familias de la Amazonía ya se encuentran recibiendo este incentivo económico a través de Visión Amazonía y otras 2.175 familias se vincularán al programa a partir de este mes, según adelantó la ministra.
“Nosotros sabemos que en un 85 % de los casos donde firmamos los acuerdos, las familias cumplen. Llevamos 2.000 familias bajo pagos de $900.000 y 10.000 familias entrando en el proceso”, explicó Muhamad. El ministerio espera en los próximos meses vincular a más de 11.000 familias a este programa, que cuenta con una inversión estimada de más de $143.000 millones para los 13 Núcleos de Desarrollo Forestal y de la Biodiversidad.
Sin embargo, Muhamad ha reconocido desde inicios de este año que la situación de orden público en los departamentos que componen el arco amazónico de deforestación se ha ido deteriorando. A pesar de esto, aseguró que la cartera no ha dejado solas a las comunidades y avanza en las denuncias sobre las amenazas que ha conocido en los últimos meses. Para enfrentar esta situación se ha mejorado el despliegue focalizado de la Fuerza Pública. “Se han realizado siete intervenciones en los Parques Nacionales Paramillo, Nukak, Serranía de los Yariguíes, Farallones, Puré, Amacayacu y La Paya en el 2023. Además, se han hecho golpes contra la actividad ilegal de minería en los Farallones de Cali, que afectó 1000 ha del Parque, que representan el 23 % del área de páramo de este parque”, explicó el Ministerio.
Esto último ha dado como resultado la reducción de la deforestación en Parques Nacionales Naturales, que han sido históricamente afectados por esta problemática ambiental, en particular los de Sierra de La Macarena, Serranía de Chiribiquete, Tinigua y Cordillera de Los Picachos. De esta manera, en 2023 se presentó una reducción de 62 % de la deforestación en el Sistema de Parques Nacionales Naturales, pasando de 12.449 ha deforestadas en 2022 a 4.682 ha en último año. En 2022, la deforestación en los PNN representó el 10 % del total, un porcentaje que se redujo al 5,9 para 2023, valor inferior al del año 2022 cuando representó el 10%.
A esto se suma un fortalecimiento institucional con impulsos como el convenio ‘Implementación de acciones interinstitucionales para la lucha contra la deforestación y otros delitos ambientales asociados en la ecorregión de la Amazonía’ y la inversión de recursos por parte de la cooperación internacional para mejorar las capacidades de entidades como el IDEAM o el IGAC. Todas estas acciones se suman a los avances en las negociaciones con los grupos armados, pues, a pesar de que la deforestación no es una acción directa del conflicto, la paz sí genera condiciones que facilitan, la reducción de la deforestación, según el Ministerio de Ambiente.
“Estos resultados son un extraordinario éxito que esperamos se mantenga y con lo cual el gobierno cumpliría su promesa de rebajar en forma sustantiva la deforestación y para colocar a Colombia en la vía hacia deforestación cero en el año 2030″, indicó Manuel Rodríguez Becerra, presidente Foro Nacional Ambiental y primer ministro de Ambiente del país. Con estos avances se da un respiro en las cifras de deforestación en el país y se avanza, por el momento, en la meta que planteó el Gobierno Nacional en su Plan de Desarrollo Nacional, de reducir la deforestación en un 20 % para 2026 respecto a la línea base del año 2021 (174.103 hectáreas).
Según el Gobierno, la apuesta ahora es consolidar los programas que han dado estos resultados alentadores para la deforestación y demostrar que estos son sostenibles en el tiempo.