En las primeras horas de un miércoles reciente, un trágico suceso sacudió la provincia de Cantón, en el sur de China, dejando un saldo de al menos 48 personas fallecidas y 30 heridas. Un tramo de la autopista Meizhou-Dabu, de 17,9 metros de largo y abarcando un área de 184,3 metros cuadrados, se derrumbó a las 02:10 hora local, atrapando a 24 vehículos en su caída. Este incidente, que tuvo lugar específicamente en la provincia meridional china de Guangdong, ha conmocionado a la comunidad local y a la nación en su conjunto.
Testigos del evento describieron haber escuchado un estruendo formidable antes de presenciar la apertura de un vasto agujero en la carretera, justo detrás de donde habían pasado momentos antes. Afortunadamente, el hundimiento no involucró a vehículos de gran tamaño ni al transporte de materiales químicos peligrosos. Sin embargo, las imágenes que circulan en redes sociales muestran una escena desoladora, con humo y llamas emergiendo del sitio del desastre, y vehículos severamente dañados, algunos de ellos completamente tiznados.
La respuesta al desastre ha sido masiva, con más de 500 rescatistas trabajando incansablemente en el lugar para liberar a los vehículos atrapados y recuperar los cuerpos de las víctimas. Los heridos han sido trasladados a hospitales cercanos, donde se reporta que están fuera de peligro. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando las causas del derrumbe, aunque se especula que las fuertes lluvias recientes en la región podrían haber jugado un papel determinante en la tragedia.
Este incidente se suma a una serie de accidentes relacionados con el colapso de infraestructuras en China, destacando la vulnerabilidad de una red de carreteras que se extiende por terrenos complejos y bajo condiciones climáticas extremas. En diciembre pasado, otro derrumbe en la provincia de Mongolia Interior resultó en tres muertes y varios heridos, mientras que en marzo, un autobús se estrelló dentro de un túnel en Shanxi, dejando 14 muertos y 37 heridos.
El presidente chino, Xi Jinping, ha exigido un esfuerzo “total” en las labores de búsqueda y rescate, así como en la reparación de las carreteras dañadas para restablecer el orden del tráfico lo antes posible. Estas declaraciones subrayan la importancia de abordar las causas subyacentes de estos desastres y la necesidad de reforzar los controles de seguridad para prevenir futuros incidentes.
La frecuencia de estos trágicos sucesos pone de relieve la urgencia de revisar y mejorar las prácticas de construcción y mantenimiento de infraestructuras en China. Aunque el país ha experimentado un rápido desarrollo de su red de carreteras, los recientes accidentes sugieren que la seguridad no siempre ha mantenido el mismo ritmo de avance. La implementación de estrictos controles de seguridad, junto con una evaluación y gestión adecuadas de los riesgos asociados a las condiciones climáticas extremas y los terrenos accidentados, son pasos cruciales para garantizar la seguridad de los ciudadanos y la resiliencia de las infraestructuras.
Este trágico evento no solo es un llamado a la acción para las autoridades chinas, sino también un recordatorio de la importancia de la seguridad en la infraestructura a nivel mundial. A medida que las naciones continúan expandiendo y modernizando sus redes de transporte, la tragedia en Cantón subraya la necesidad de priorizar la seguridad y la sostenibilidad sobre la rapidez y el costo. La inversión en tecnologías de construcción avanzadas, la formación continua de los ingenieros y trabajadores de la construcción, y la implementación de sistemas de alerta temprana para condiciones climáticas adversas son medidas que pueden salvar vidas y prevenir futuros desastres. La tragedia en Guangdong debe servir como un catalizador para el cambio, impulsando a China y al mundo a reevaluar y fortalecer sus enfoques hacia la seguridad de la infraestructura.
