En un giro sorprendente que ha sacudido a la opinión pública y a los seguidores del popular programa de televisión ‘Sábados felices’, Juan Guillermo Noreña Zapata, mejor conocido por su nombre artístico Carroloco, se encuentra en el centro de una investigación que lo vincula con actividades criminales de gran envergadura. Este caso, que parece sacado de un guion de cine, revela cómo el humor y el entretenimiento pueden ocultar realidades mucho más oscuras y complejas.
La investigación, liderada por la Sijín de la Policía y el CTI de la Fiscalía General de Colombia, ha destapado una presunta red de lavado de activos que conectaría a Carroloco con Rosemberg Sánchez Ahumada, alias Rodrigo, un presunto narcotraficante con vínculos con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y el Clan del Golfo. Esta organización criminal, que opera en el departamento de Antioquia, ha sido una de las más temidas y poderosas en el país, lo que añade una capa de gravedad al caso.
La relación entre Carroloco y alias Rodrigo salió a la luz gracias a la interceptación de una llamada telefónica, una pista que resultó ser decisiva para las autoridades. Esta no es la primera vez que el nombre de Carroloco aparece en contextos sospechosos. Ya en 2018, conversaciones interceptadas sugerían una “relación de amistad” entre el humorista y el presunto traficante de estupefacientes. Sin embargo, fue en 2022 cuando las sospechas se intensificaron, especialmente después de que Carroloco fuera detenido por un episodio de violencia contra un funcionario público.
El coronel Edwin Urrego, director de la Dijín, indicó que se utilizó la estrategia de compra y venta de bienes inmuebles como método para esquivar a las autoridades. Esta táctica no es nueva en el mundo del crimen organizado, pero su aplicación en este caso revela la sofisticación y el alcance de las operaciones de lavado de activos.
Los bienes embargados a Carroloco, valorados en aproximadamente 12 mil millones de pesos, incluyen apartamentos en Bogotá, una finca tipo hacienda, un parqueadero y un depósito. Estos activos, que presuntamente servían para ocultar el origen ilícito del dinero, estaban a nombre de Zapata, lo que complica aún más su situación legal.
Además de estas propiedades, Carroloco es conocido por ser el propietario de ‘Don Sincero Café’, una marca de café con su imagen, y otros negocios en diferentes sectores. En 2017, se incautó una mercancía procedente de China en su bodega del barrio Puerto Príncipe, en el centro de la capital, por no contar con la documentación adecuada para su importación legal.
La Dian, en colaboración con otras entidades, lleva a cabo un análisis detallado de las finanzas de Noreña Zapata desde 2017. Este examen incluye la revisión de ingresos, gastos, declaraciones de renta y registros bancarios, con el objetivo de identificar posibles inconsistencias que evidencien el lavado de dinero.
Mientras tanto, alias Rodrigo sigue siendo investigado por cargos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito. A pesar de estar actualmente en libertad por vencimiento de términos, su caso subraya las dificultades que enfrentan las autoridades para retener bajo custodia a individuos acusados de delitos económicos complejos.
Este caso no solo ha generado un escándalo mediático, sino que también ha puesto de manifiesto la complejidad de las redes criminales y los desafíos que enfrentan las autoridades para desmantelarlas. La presunta implicación de una figura pública como Carroloco en estas actividades ilícitas es un recordatorio de que el crimen organizado puede infiltrarse en todos los niveles de la sociedad, incluso en aquellos lugares donde menos lo esperamos.