El Grupo de Trabajo Técnico de Salud Mental y Apoyo Psicosocial de Colombia (GTT – SMAPS) reúne a organizaciones de cooperación internacional y de la sociedad civil. Estas organizaciones trabajan para mejorar la respuesta y el acceso a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial para la población afectada en contextos humanitarios. Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, un día dedicado a fomentar la conciencia y la acción sobre un problema de salud pública de proporciones globales. Este año, bajo el lema “cambiar la narrativa sobre el suicidio”, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone cambiar de una cultura de silencio y estigmatización a una de comprensión, apoyo y acción preventiva.
La vivencia de desafíos emocionales, problemas y trastornos de salud mental en silencio y soledad, debido a las barreras que genera el estigma, la crítica, el juicio y la burla, se han convertido en factores de alto riesgo. Las personas tienen el derecho de expresar sus emociones, necesidades y dificultades, y a recibir el apoyo sensible, cuidadoso y efectivo que les permita seguir desarrollando su vida en libertad y plenitud.
La conducta suicida y el suicidio son problemáticas de salud pública con comportamiento creciente en el país en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Salud, a partir del Sistema de Vigilancia Epidemiológica (SIVIGILA) y del Registro de Defunciones del Departamento Nacional de Estadística (DANE), en el año 2023 se presentaron 40.850 casos de intento de suicidio y 3.241 casos de suicidio. Esto significó un aumento del 10% en las tasas respecto a 2022. Entre los grupos más afectados y con tendencia al aumento están los adolescentes y jóvenes, con 23.761 casos de intento de suicidio que representaron el 58% del total. Los migrantes también mostraron un aumento significativo, con 1.233 intentos de suicidio, un aumento del 20% respecto a 2022. La población de municipios más afectados por desplazamiento y confinamiento como resultado del conflicto armado registró 1.180 casos de intento de suicidio y 122 suicidios. La mitad de los departamentos tuvieron mayores tasas de intento de suicidio que el promedio del país (78 por cada 100.000 habitantes). Los departamentos con mayores tasas fueron Vaupés, Risaralda, Caldas, Guaviare, Boyacá, Amazonas, Nariño, Quindío, Putumayo, Tolima, Antioquia, Huila, Cali, Valle del Cauca, Santander y Barranquilla.
El GTT SMAPS Colombia considera que es imperativo que las conversaciones sobre prevención del suicidio incluyan una atención especial sobre las terribles consecuencias que tienen las violencias, el cambio climático, las crisis migratorias, el conflicto armado, el uso y abuso de alcohol y sustancias psicoactivas y las barreras de acceso a sistemas y servicios de salud mental y apoyo psicosocial.
Gobiernos, organizaciones y comunidades debemos reflexionar y redoblar esfuerzos para crear entornos seguros y de apoyo. Es fundamental crear espacios donde aquellas personas y comunidades que sufren puedan ser escuchadas, atendidas y acompañadas en procesos de recuperación que pongan en el centro su bienestar y dignidad.
En este Día Mundial de la Prevención del Suicidio, invitamos a un cambio colectivo en nuestras actitudes y acciones. Debemos construir un entorno donde cada persona sea tratada con dignidad y respeto, donde el silencio no sea una opción y donde el bienestar de todos y todas sea una prioridad.
Es crucial que las políticas públicas y las iniciativas comunitarias se enfoquen en la prevención y el tratamiento de la salud mental. La educación y la sensibilización son herramientas poderosas para combatir el estigma asociado a los problemas de salud mental. Las campañas de concienciación deben ser constantes y accesibles para todos los sectores de la sociedad.
Además, es necesario fortalecer los sistemas de salud mental y apoyo psicosocial. Esto incluye la formación de profesionales capacitados y la creación de redes de apoyo comunitario. Las personas deben tener acceso a servicios de salud mental de calidad, independientemente de su ubicación geográfica o situación económica.
El papel de la familia y los amigos también es fundamental en la prevención del suicidio. Debemos fomentar una cultura de apoyo y comprensión en nuestros círculos cercanos. Escuchar sin juzgar y ofrecer ayuda puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien que está pasando por un momento difícil.
Finalmente, es importante recordar que la prevención del suicidio es una responsabilidad compartida. Todos podemos contribuir a crear un entorno más seguro y comprensivo. Al trabajar juntos, podemos cambiar la narrativa sobre el suicidio y construir un futuro donde cada persona tenga la oportunidad de vivir una vida plena y significativa.