El debut de Yerry Mina con el Cagliari no pasó desapercibido, marcado por una serie de eventos que dejaron claro el temperamento y la calidad del defensa colombiano, incluso en medio de una derrota abultada por 0-4 frente a la Roma. A pesar del resultado adverso, Mina demostró ser un pilar en la defensa, destacando por su actuación que, sin duda, fue un punto luminoso en una noche oscura para su equipo. Su capacidad para realizar cierres importantes y su liderazgo en la zona defensiva fueron evidentes, mostrando que su presencia en el campo es de gran valor.
El central fue el mejor de la defensa, realizando varias intervenciones clave que evitaron un marcador aún más abultado. Mina se mantuvo constante, desarticulando jugadas peligrosas y mostrando una habilidad notable para leer el juego. Su intervención en un pase filtrado que pudo haber resultado en gol para la Roma es un claro ejemplo de su agudeza táctica y física en el campo.
Sin embargo, el partido también estuvo marcado por momentos de tensión. Mina tuvo encuentros picantes con jugadores de la Roma, especialmente con Leandro Paredes, a quien recriminó con vehemencia tras una fuerte falta. Este incidente, que escaló con gestos provocativos por parte del jugador de la Roma, mostró el lado combativo de Mina, un espíritu de lucha que, si bien es admirable, también lo puso en riesgo de ser expulsado.
El segundo tiempo del partido fue particularmente desafiante para Mina, quien realizó un cierre fuerte frente a Zalewski, una acción que estuvo al borde de la expulsión. Este momento crítico llevó al técnico Claudio Ranieri a sustituir a Mina, probablemente para evitar una tarjeta roja que hubiera complicado aún más la situación para el Cagliari. La decisión de Ranieri de sacar a Mina del campo refleja una estrategia cautelosa, buscando preservar al jugador para futuros encuentros.
La reacción de los aficionados romanos a la salida de Mina fue hostil, marcada por silbidos que reflejaban la tensión acumulada durante el partido. La respuesta de Mina, un aplauso sarcástico, y su breve intercambio con Ranieri, sugieren una mezcla de frustración y desafío ante la adversidad. Este intercambio, aunque breve, es revelador de la personalidad de Mina, un jugador que enfrenta la crítica con una mezcla de orgullo y combatividad.