En un contexto donde Colombia y el mundo experimentaban cambios significativos, la llegada de Wom al país como operador de comunicaciones marcó un antes y un después en el sector. Era un momento de transición, justo antes de que la pandemia alterara la realidad global, y el ministerio de las TIC, liderado por Sylvia Constain, abría una licitación para las bandas de 700, 1.900 y 2.500 MHz en 4G. Este movimiento tenía un doble objetivo: por un lado, promover un mayor despliegue de redes y, por otro, fomentar la competencia en igualdad de condiciones entre las empresas del sector.
Los operadores ya establecidos en Colombia, como Claro, Movistar y Tigo, se vieron obligados a compartir el mercado con una propuesta que rompía esquemas, liderada por un directivo de carácter rebelde, Chris Bannister. Este último, conocido en Chile como ‘tío Wom’, llegó con la promesa de revolucionar el mercado de las telecomunicaciones en Colombia, siguiendo el éxito obtenido en Chile cuatro años antes. Con un enfoque en la instalación de torres de comunicaciones en zonas previamente desatendidas y una estrategia de precios competitivos, Bannister buscaba capturar el 25 por ciento del mercado local. Su llegada fue respaldada por una inversión de un billón de dólares por parte de Novator Partners, el fondo detrás de Wom, con experiencia previa en telecomunicaciones en Polonia y el sur del continente.
Bannister, al llegar a Colombia, expresó su deseo de revitalizar el sector de las telecomunicaciones en el país, criticando la resistencia al cambio de los operadores establecidos y su preferencia por mantener el status quo. Su visión era clara: hacer que las telecomunicaciones en Colombia fueran “grandes de nuevo”, recuperando el dinamismo perdido en años anteriores.
El inicio oficial de Wom en Colombia se dio en 2021, en medio de la pandemia, un periodo que no estuvo exento de desafíos. La empresa enfrentó polémicas desde errores en la subasta hasta críticas por las condiciones especiales de su entrada al mercado, incluyendo la adquisición de otro operador, Avantel. A pesar de estos obstáculos, Wom logró una inversión de 706 millones de dólares en su primer año, instalando 3.832 antenas nuevas en red 4G LTE y abriendo 230 tiendas y 160 quioscos a nivel nacional, lo que permitió emplear a más de 2.300 personas y expandir su cobertura a más de 45 millones de colombianos.
La historia de Wom tomó un giro inesperado con la declaración de quiebra de Wom Chile, tras no lograr refinanciar una deuda significativa. Este acontecimiento puso en relieve la separación operativa y financiera entre las operaciones de Wom en Chile y Colombia, asegurando que la situación en Chile no afectaría directamente a Colombia. En respuesta a los desafíos financieros, Wom Colombia inició un proceso de reorganización empresarial, buscando asegurar su sostenibilidad y continuar ofreciendo servicios a sus más de 6.4 millones de clientes, incluyendo aquellos que ya disfrutan de la red 5G.
La reunión de Thor Björgólfsson, dueño de Novator Partners, con funcionarios del ministerio de las TIC en Colombia, subraya el compromiso de los principales accionistas con la búsqueda de soluciones financieras que permitan a Wom superar su crisis de liquidez y proteger a sus usuarios. La experiencia previa de Björgólfsson, quien superó una pérdida significativa de su fortuna en 2011, refleja una resiliencia que es emblemática de la filosofía de la empresa: no se trata de caer, sino de la capacidad de recuperarse.
