Luis Aníbal Rincón Arguello. - @Rincon001A Twitter
Luis Aníbal Rincón Arguello. – @Rincon001A Twitter

Un sismo de magnitud 7,4 sacudió el norte de Chile este  jueves en la noche, sin generar alerta de tsunami, víctimas o daños de consideración, según los servicios sismológicos y autoridades chilenas. El epicentro del movimiento se ubicó a 265 kilómetros al este de la ciudad costera de Antofagasta, a una profundidad de 126 kilómetros, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos, que inicialmente había indicado una magnitud de 7,3. Por su parte, el Centro Sismológico Nacional de Chile, que fijó en 7,3 la magnitud del temblor, precisó que el sismo se produjo a las 21H50 locales (01H50 GMT) a 20 km de la localidad turística de San Pedro de Atacama.

“Acaba de ocurrir un sismo de mediana intensidad con epicentro cercano a Antofagasta”, escribió el presidente chileno Gabriel Boric en la red social X. “Ya me comuniqué con delegada (presidencial) de la región y hasta el momento no hay reporte de heridos ni daños mayores, pero los equipos están recabando información”, aseguró. El mandatario también sostuvo que se produjeron algunos desprendimientos de tierra en una ruta local. “La Ministra de Defensa se comunicó con Generales a cargo de resguardo de frontera y todo el contingente desplegado está bien”, sostuvo en otro mensaje.

Chile es uno de los países más sísmicos del mundo. En su territorio convergen tres placas tectónicas: Nazca, la sudamericana y la antártica. Las autoridades de los poblados de la zona cercana al epicentro tampoco registraron personas afectadas o mayores destrozos. “Pese a la intensidad (del sismo) no hubo mayores daños, no tenemos ninguna información de derrumbe en alguna casa, salvo algunos rodados menores camino entre Calama y San Pedro de Atacama”, dijo a la AFP el alcalde de San Pedro de Atacama, Justo Zuleta. El alcalde dijo que los más asustados fueron los turistas extranjeros y que se cortó el suministro de energía eléctrica, pero que minutos después ya todo había vuelto a la normalidad.

En 1960, la ciudad de Valdivia fue arrasada por un sismo de magnitud 9,5, considerado el más potente jamás registrado, y luego por un maremoto, que mató a unas 9.500 personas. En 2010, un terremoto de magnitud 8,8 seguido de un tsunami dejó más de 520 muertos.

El reciente sismo en el norte de Chile, aunque de gran magnitud, no ha causado víctimas ni daños significativos. Esto se debe en parte a la profundidad del epicentro y a la preparación de las autoridades y la población. Chile ha aprendido de sus experiencias pasadas y ha implementado medidas de seguridad y protocolos de emergencia. Sin embargo, la naturaleza impredecible de los sismos siempre representa un desafío. La capacidad de respuesta rápida y efectiva es crucial para minimizar los daños y proteger a la población.

El presidente Gabriel Boric y las autoridades locales han demostrado una rápida y coordinada respuesta ante el sismo. La comunicación inmediata con los equipos de emergencia y la evaluación rápida de la situación son esenciales en estos casos. La tranquilidad y la información precisa son fundamentales para evitar el pánico y garantizar la seguridad de todos.

La historia sísmica de Chile es un recordatorio constante de la importancia de la preparación y la resiliencia. Los eventos de 1960 y 2010 son ejemplos de la devastación que pueden causar los sismos y tsunamis. Sin embargo, también muestran la capacidad de recuperación y adaptación del país. La inversión en infraestructura resistente y la educación de la población son claves para enfrentar futuros eventos sísmicos.

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