En las últimas semanas, el conflicto en Gaza ha alcanzado niveles de devastación sin precedentes, marcados por la retirada de soldados israelíes del hospital Al Shifa, el mayor centro de salud de este territorio palestino. Este hecho se produce tras dos semanas de una operación militar que ha dejado un panorama desolador, con edificios destruidos y escombros esparcidos por el área, evidenciando la intensidad de los combates que no han dado tregua en casi seis meses de guerra.
La operación militar en el hospital Al Shifa, iniciada el 18 de marzo, ha sido una de las más controvertidas, con Israel afirmando que su misión se ha “cumplido” tras abatir a unos 200 combatientes. Sin embargo, el costo humano de esta operación es inmenso, con el Ministerio de Salud de Gaza reportando el hallazgo de “decenas” de cadáveres en el recinto, algunos en estado de descomposición, y más de 20 cuerpos recuperados, algunos aplastados por vehículos militares durante la retirada.
El conflicto ha cobrado la vida de más de 30,000 palestinos y ha dejado a unos 130 rehenes aún en Gaza, según informes. La situación se agrava con la continua violencia, incluyendo un reciente bombardeo israelí contra otro hospital en Gaza, el de Al Aqsa, que resultó en la muerte de cuatro personas y 17 heridas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En medio de este escenario bélico, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se recupera de una operación de hernia, mientras enfrenta presiones crecientes para negociar con Hamás. Las protestas en Israel exigiendo su renuncia y la liberación de los rehenes reflejan el descontento público con la gestión del conflicto.
La detención de Sabah Salam Haniyeh, hermana del jefe de Hamás, por parte de la policía israelí, añade otra capa de complejidad a la situación, evidenciando las tensiones y la profundidad del conflicto entre Israel y Hamás.
A pesar de las disculpas ofrecidas por Hamás a la población de Gaza por las dificultades causadas por el conflicto, la organización reitera su voluntad de seguir luchando. Este posicionamiento sugiere un camino largo y difícil hacia la paz, especialmente cuando las negociaciones para una tregua, mediadas por Catar, Egipto y Estados Unidos, enfrentan obstáculos significativos debido a las grandes diferencias entre ambos bandos.
El objetivo de un cese al fuego, que permitiría la liberación de rehenes israelíes e ingresar más ayuda humanitaria a Gaza, se ve amenazado por la posibilidad de una invasión a Rafah, una localidad del sur de Gaza. Esta situación pone en riesgo a más de un millón de personas y agrava el riesgo de hambruna que enfrentan los 2,4 millones de habitantes de Gaza, según advierten las organizaciones internacionales humanitarias.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de este conflicto, que no solo ha devastado infraestructuras y cobrado vidas, sino que también ha profundizado las divisiones y el sufrimiento de la población afectada. La urgencia de encontrar una solución pacífica y duradera nunca ha sido más crítica, en un momento donde cada acción cuenta en el balance entre la guerra y la esperanza de paz.
