En la majestuosa pero implacable Sierra Nevada de Santa Marta, un drama humano se desarrolló durante siete largos días. Julio Bermúdez y Santiago Aparicio, dos parapentistas apasionados por el vuelo libre, se encontraron atrapados en una situación que puso a prueba su resistencia física y mental, así como la destreza y determinación de sus rescatistas. Este incidente no solo destaca la vulnerabilidad humana ante la naturaleza, sino también la solidaridad y el espíritu de supervivencia.
El miércoles 13 de marzo, lo que comenzó como una aventura para descender el Pico Colón en parapente, se convirtió en una lucha por la supervivencia. Bermúdez y Aparicio se accidentaron a más de 17.000 pies de altura, una situación que inmediatamente movilizó a varios equipos de rescate, dada la complejidad de la operación. La Fuerza Aérea Colombiana (FAC), la Cruz Roja, y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) se involucraron activamente en la búsqueda y rescate de los deportistas.
El director de la Ungrd, Carlos Carillo, anunció a través de las redes sociales el exitoso rescate de los parapentistas, quienes fueron trasladados a Barranquilla para recibir atención médica. Este anuncio fue seguido de cerca por la información proporcionada por la FAC sobre el traslado de los deportistas en un helicóptero UH-60, destacando la dificultad de la extracción desde una altura de 12 mil pies y el esfuerzo por mantener estables sus signos vitales durante el vuelo.
El estado de salud de Bermúdez y Aparicio fue una preocupación constante. La Clínica Portoazul Auna de Barranquilla reveló que Bermúdez sufrió lesiones graves, incluyendo una fractura de radio y clavícula derecha, además de un trauma de tórax cerrado. Afortunadamente, su condición fue estabilizada y se encontraba bajo evaluación multidisciplinaria. Por otro lado, Aparicio, aunque aún en valoración médica, no presentaba riesgos inmediatos para su salud.
La operación de rescate fue descrita como de “alta complejidad” por la FAC, dadas las difíciles condiciones topográficas y los fuertes vientos de la zona. La inserción de rescatistas de la Cruz Roja en el terreno fue un desafío que requirió la selección cuidadosa de un punto de inserción y el lanzamiento de kits de supervivencia para los parapentistas.
El relato de Alex Villa, piloto profesional de parapente y montañista, sobre el desconcierto inicial tras el accidente, subraya la incertidumbre y la tensión que rodearon este evento. La comunidad de parapentismo y montañismo, junto con las autoridades locales y nacionales, se unieron en un esfuerzo colectivo para asegurar el bienestar de Bermúdez y Aparicio.
El rescate de Bermúdez y Aparicio es un testimonio de la determinación humana, la solidaridad y la capacidad para enfrentar y superar desafíos extremos. Este evento no solo resalta la importancia de la preparación y la precaución en actividades de alto riesgo, sino también el valor de la respuesta coordinada de las agencias de rescate y la comunidad en situaciones de emergencia. La Sierra Nevada de Santa Marta, con su belleza imponente y su terreno desafiante, sigue siendo un recordatorio de la humildad y el respeto que la naturaleza impone a todos los que se aventuran en su dominio.