El Premio Nobel de la Paz 2024 se encuentra en el centro de un debate global, en un año marcado por conflictos bélicos de gran magnitud. La elección del ganador se perfila como un reflejo de las tensiones y esperanzas del mundo actual. En este contexto, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y António Guterres, Secretario General de la ONU, emergen como los principales candidatos, según expertos.
La UNRWA ha sido destacada por su labor crucial en Gaza, donde proporciona servicios esenciales a los refugiados palestinos. Con más de 13,000 empleados, la agencia ofrece educación, sanidad y asistencia de emergencia en una región devastada por el conflicto. Sin embargo, la situación es crítica: 220 empleados han perdido la vida y más de dos tercios de sus instalaciones han sido dañadas. Henrik Urdal, director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, subraya que premiar a la UNRWA no implica un respaldo político a Hamás, organización que ha sido condenada por la agencia por sus ataques a Israel.
Por otro lado, António Guterres es considerado un símbolo de la ONU y su liderazgo en tiempos de crisis es reconocido. No obstante, su relación con Israel se ha tensado recientemente. Israel le prohibió la entrada al país, acusándolo de no condenar de manera contundente los ataques de Irán y las atrocidades de Hamás. Esta controversia podría influir en la decisión del comité del Nobel.
Además de estos candidatos, la lista de nominados incluye figuras como Elon Musk, Julian Assange y María Corina Machado. Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenskyy, aunque mencionado, tiene pocas probabilidades de ganar debido a su rol en un conflicto activo.
Históricamente, el Premio Nobel de la Paz ha tenido un enfoque significativo en Oriente Medio. En las últimas dos décadas, una cuarta parte de los premios se han otorgado a personas o entidades relacionadas con la región. El año pasado, el galardón fue para Narges Mohammadi, activista iraní encarcelada por su lucha por los derechos humanos. Este patrón sugiere que el comité podría continuar destacando los esfuerzos en una región plagada de conflictos y regímenes autoritarios.
Sin embargo, algunos expertos, como Dan Smith del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, sugieren que el comité podría optar por no otorgar el premio este año. Esta decisión serviría para resaltar la gravedad de los conflictos actuales y la necesidad de un enfoque global hacia la paz.
El proceso de selección del Premio Nobel de la Paz es riguroso y comienza con las nominaciones, gestionadas por el Comité Noruego del Nobel. Este comité, compuesto por cinco intelectuales elegidos por el Parlamento de Noruega, envía invitaciones a expertos de diversas áreas para que propongan candidatos. Este año, hay 285 nominados: 196 personas y 89 organizaciones. La confidencialidad es clave en este proceso, ya que las nominaciones no se hacen públicas hasta 50 años después de la entrega del premio.
La evaluación de las propuestas es la fase más crítica. Un comité de selección específico, formado por expertos de renombre, estudia las contribuciones de cada candidato. Este análisis abarca desde proyectos humanitarios hasta esfuerzos de paz, asegurando que el premio se otorgue a quienes realmente han hecho una diferencia significativa.