En el corazón de la vereda Agua Bonita, en el municipio de La Montañita, Caquetá, se encuentra el poblado Héctor Ramírez, un lugar que simboliza la transformación y la esperanza. A 37 kilómetros de Florencia, este poblado se erige como un testimonio viviente del proceso de paz en Colombia, donde más de 300 excombatientes de las FARC decidieron, en febrero de 2017, dejar atrás la guerra para construir un futuro diferente.

Jorge, con su casco ajustado, nos guía a través de una carretera que lucha por mantenerse entre el paisaje de sabanas y morichales del occidente de Caquetá. Al llegar, lo que se despliega ante nuestros ojos es una comunidad vibrante, con tiendas, supermercados, sastrerías, y hasta una empresa de turismo, que contrasta con la imagen de un lugar marcado por el conflicto. Este poblado, que ahora alberga a más de 500 personas, es un reflejo de los esfuerzos de los excombatientes por reintegrarse a la sociedad y contribuir a la reconstrucción del tejido social.

La Cooperativa Multiactiva para el Buen Vivir y la Paz del Caquetá (Coombuvipac) juega un papel central en este proceso, gestionando la mayoría de las iniciativas productivas y de servicios que han surgido en el poblado. Federico Montes, líder del poblado y coordinador del Comité de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo de Paz (CSIVI), destaca la importancia de este modelo cooperativista para generar empleo y sostenibilidad, rescatando relaciones de solidaridad esenciales para la reconstrucción del tejido social.

La visita del Consejo de Seguridad de la ONU al antiguo ETCR Héctor Ramírez subraya la relevancia de estos esfuerzos y el interés internacional en el proceso de reincorporación de los excombatientes. A través de proyectos como la agricultura de piña, la ganadería, la fabricación de zapatos y el turismo para la paz, los excombatientes han demostrado su compromiso con la construcción de un futuro pacífico.

El turismo, en particular, ofrece una oportunidad única para mostrar los logros de la comunidad y promover el diálogo y la reconciliación. Turipaz, liderado por Esperanza Torres y su esposo Reinaldo Martínez, invita a visitantes a explorar el poblado y sus alrededores, ofreciendo una perspectiva diferente sobre la paz y la reconciliación.

Sin embargo, el camino hacia la paz y la estabilidad económica no está exento de desafíos. La presencia de grupos ilegales y disidencias en la región, el asesinato de excombatientes y la necesidad de más tierras para asegurar la sostenibilidad económica a largo plazo son preocupaciones reales que enfrenta la comunidad. La visita del Consejo de Seguridad de la ONU fue una oportunidad para que los excombatientes expresaran estas preocupaciones y buscaran apoyo internacional para superar estos obstáculos.

La historia del poblado Héctor Ramírez es una de resiliencia, esperanza y transformación. A través del trabajo duro y la solidaridad, los excombatientes y la comunidad local están construyendo un futuro prometedor. Sin embargo, el apoyo continuo y la atención a los desafíos que enfrentan son cruciales para asegurar que este futuro sea sostenible y pacífico. La comunidad internacional, representada por la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, tiene un papel importante que desempeñar en este proceso, asegurando que las voces de los excombatientes y las comunidades afectadas por el conflicto sean escuchadas y atendidas.

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