Perro negro - @clubperronegro Instagram
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Perro negro, el icónico bar de reguetón en Medellín, ha sido una fuente de inspiración para artistas de la talla de Bad Bunny y Feid. Este lugar, que lleva el mismo nombre que una de las canciones más populares de estos artistas, es uno de los destinos preferidos para la rumba tanto de los habitantes de la ciudad como de los turistas que visitan la capital de Antioquia.

El reciente álbum de Bad Bunny, “Nadie sabe lo que va a pasar mañana”, ha acumulado millones de reproducciones en menos de 24 horas. Este éxito se debe en gran parte a la canción “Perro negro”, que el artista puertorriqueño realizó en colaboración con Feid, el único colombiano que participó en este proyecto. Sin embargo, lo que ha despertado la curiosidad del público es el origen del nombre de la canción, que se inspiró en el famoso bar de Medellín.

El bar Perro negro se ha convertido en el epicentro de la rumba paisa cada semana. Ubicado en el exclusivo sector de El Poblado, este lugar se caracterizó inicialmente por ser un bar de “mala muerte” cerca de La Alpujarra, el centro administrativo de la capital antioqueña. Desde 2017, el sudor y el perreo se han apoderado de este sitio en Provenza, aunque su historia se remonta a 100 años atrás.

En 1917, la tienda de abarrotes Perro negro estaba ubicada en la Plaza Cisneros. En aquel entonces, el lugar no era un sitio de baile, sino un comercio dedicado a la venta de licores y bebidas para los arrieros y citadinos que buscaban escuchar algunas de las canciones de la época, cuyos géneros estaban dominados por la música de arrabal. En ese Perro negro se vendían pistolas y armas de todo tipo, algunos explosivos e incluso dinamita.

Con el paso de los años, el lugar se transformó en una cantina, según pudo conocer Mauricio López en su reseña para Universo Centro. Sin embargo, con el tiempo, el espacio fue perdiendo la concurrencia y las políticas públicas de la época llevaron a su cierre en 1997.

El actual Perro negro surge de la inspiración de aquel bar de mala muerte. Uno de los actuales socios del lugar decidió organizar algunas fiestas oscuras y clandestinas en un local subterráneo de Provenza. Este fue un desafío, ya que las plantas superiores funcionaban como oficinas, aunque este sitio operaba como una discoteca de salsa.

En 2017, los actuales dueños decidieron emprender con una discoteca de reggaetón en este sótano, ya que en aquel entonces no había un espacio 100% dedicado a este género. La fiesta en Perro negro comenzó a ser reconocida en ‘Medallo’, de jueves a domingo. Los amantes de lo urbano se citan en este lugar y disfrutan del ambiente que los mismos asistentes generan.

Los reggaetoneros en la actualidad asisten a Perro negro de manera clandestina o, en muchas ocasiones, lo hacen con total exhibición y llevan al concurrido local a sumergirse en una especie de caos. Incluso, Bad Bunny asistió a la discoteca en 2022 luego de su concierto en el estadio Atanasio Girardot, y las referencias en la canción dan detalle sobre lo vivido en este centro de rumba.

En resumen, Perro negro es más que un bar de reguetón en Medellín. Es un lugar que ha inspirado a artistas, ha sido el escenario de innumerables fiestas y ha sido testigo de la evolución de la música urbana en Colombia. Su historia, su ambiente y su influencia en la música hacen de este lugar un icono de la cultura urbana en Medellín.

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