El Parque Solar La Loma, ubicado en el municipio de El Paso, en el departamento del Cesar, representa un hito significativo en la transición energética de Colombia. Este proyecto, operado por Enel Colombia a través de su línea de negocio Enel Green Power, abarca una extensión de 387 hectáreas y cuenta con 400.000 paneles solares. La inversión de US$126 millones permitió alcanzar una capacidad efectiva neta de 150 MWac, generando 420 GWh/año de energía limpia. Esta cantidad de energía es suficiente para abastecer las necesidades de alrededor de 600.000 personas, equivalente a la población de Bucaramanga.
Durante la fase de construcción, se crearon más de 1.720 empleos, con un 77 % de ellos en la región, lo que impulsó el desarrollo económico local. Además de La Loma, el parque solar Fundación, ubicado en Pivijay, en el departamento de Magdalena, también ha comenzado su operación comercial. Este proyecto tiene una capacidad efectiva de 90 MWac, generando 267 GWh/año. La inauguración oficial de Fundación se llevará a cabo en las próximas semanas.
Enel destacó que, en el último mes, la generación de La Loma representó alrededor del 10% de la energía producida por plantas solares en Colombia, siendo la que más aportó. Según la empresa, con La Loma y El Paso, que son tres de los seis proyectos solares de despacho central en Colombia, los parques solares representarán el 34 % de la energía solar producida en todo el sistema interconectado en 2024.
El pasado sábado 22 de junio, el Gobierno entregó tres comunidades energéticas en el departamento de Guanía, beneficiando a los resguardos indígenas Chatare, Carpintero y El Venado. Este proyecto tuvo una inversión de $15.250 millones y contó con la instalación de 544 paneles solares, proporcionando energía eléctrica continua por primera vez mediante una generación híbrida de 220,31 kWp.
El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, señaló: “Hoy entregamos estas tres Comunidades Energéticas agrovoltaicas que tienen doble propósito: generan energía fotovoltaica y también sirven como huertas para la producción agrícola”.
Chatare es una central de generación híbrida que combina energía solar y respaldo diésel. Tiene una capacidad de 70,87 kWp gracias a 175 paneles solares y cuenta con 48 baterías de 4710 Ah para almacenar energía. El respaldo diésel proporciona energía en caso de emergencia. Además, se instalaron 209 sistemas solares fotovoltaicos para atender a la población dispersa en el territorio.
Carpintero, similar a Chatare, es otra central de generación híbrida con una capacidad de 87,48 kWp y 216 paneles solares. Tiene 72 baterías de 4710 Ah para almacenar energía y un respaldo diésel de 29 kW. También se instalaron 35 sistemas solares fotovoltaicos individuales para la población dispersa.
Venado es otra central de generación híbrida con una capacidad de 61,96 kWp. Cuenta con 153 paneles solares y 48 baterías de 4220 Ah. El respaldo diésel es de 18 kW. Se instalaron cuatro sistemas solares fotovoltaicos individuales para atender a la población dispersa.
Danny Ramírez, director del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas (IPSE), afirmó: “No solo se trata de llevar energía. Seguimos diseñando e implementando soluciones energéticas que se ajusten a las dinámicas sociales, culturales y económicas de las Zonas No Interconectadas”.
La implementación de estos proyectos refleja un compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo económico local. La energía solar no solo reduce la dependencia de combustibles fósiles, sino que también promueve la inclusión social y el desarrollo rural. La creación de empleos y la mejora de la infraestructura energética son pasos cruciales hacia un futuro más sostenible y equitativo.
La transición energética en Colombia está en auge, y proyectos como La Loma y Fundación son ejemplos claros de cómo la energía solar puede transformar comunidades. La inversión en tecnología y la creación de empleos locales son beneficios tangibles que demuestran el impacto positivo de estas iniciativas. Además, la entrega de comunidades energéticas en Guanía subraya la importancia de llevar energía a las zonas más remotas y vulnerables del país.