El arribo de un panel de expertos de la ONU a Venezuela para observar las elecciones presidenciales del 28 de julio ha generado una serie de expectativas y tensiones en el país. Este grupo, compuesto por cuatro expertos electorales, tiene la misión de elaborar un informe interno sobre el proceso electoral, en el que el presidente Nicolás Maduro buscará un tercer mandato consecutivo. La presencia de estos expertos se enmarca en el Acuerdo de Barbados del 17 de octubre de 2023, mediado por Noruega y con la participación clave de Estados Unidos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela extendió la invitación a la ONU, y el panel de expertos gozará de plena libertad para reunirse con actores políticos y sociales, así como con autoridades y expertos electorales. Sin embargo, a diferencia de las misiones de observación electoral de la ONU, este panel no emitirá declaraciones públicas sobre la conducción general del proceso electoral o sus resultados. Su labor se limitará a la elaboración de un informe que incluirá recomendaciones para mejorar futuros procesos electorales en el país.
La situación política en Venezuela es compleja y está marcada por la desconfianza entre el gobierno y la oposición. En el Acuerdo de Barbados, ambas partes fijaron la fecha de la elección y acordaron una observación internacional que incluyera a la Unión Europea. Sin embargo, el 28 de mayo, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, retiró la invitación al bloque europeo después de que este ratificara sanciones contra 50 funcionarios venezolanos. Amoroso calificó la medida de “chantaje” y condicionó una nueva invitación al levantamiento de todas las sanciones.
Además de la ONU, el CNE invitó en marzo al Centro Carter, los BRICS y la Unión Africana como observadores. La presencia de estos organismos busca dar legitimidad al proceso electoral, aunque la retirada de la invitación a la Unión Europea ha generado dudas sobre la transparencia y la imparcialidad de los comicios. En 2021, la Unión Europea observó las elecciones a gobernadores y alcaldes en Venezuela, identificando mejoras en el sistema de votación, pero también señalando irregularidades. Estas declaraciones llevaron al abrupto fin de la visita, con Maduro tachando al equipo de “enemigos” y “espías”.
El principal adversario de Maduro en estas elecciones es Edmundo González Urrutia, nominado por la mayor coalición opositora tras la inhabilitación de la líder María Corina Machado. La oposición enfrenta un desafío significativo en un contexto donde las condiciones electorales son cuestionadas tanto a nivel nacional como internacional. La inhabilitación de líderes opositores y las restricciones a la observación internacional son solo algunos de los obstáculos que deben superar.
La llegada del panel de expertos de la ONU ha sido recibida con escepticismo por algunos sectores de la oposición, que consideran que su presencia no garantiza la transparencia del proceso electoral. Sin embargo, otros ven en esta misión una oportunidad para documentar y denunciar posibles irregularidades, con la esperanza de que las recomendaciones del informe contribuyan a mejorar futuros procesos electorales en Venezuela.
El contexto internacional también juega un papel crucial en estas elecciones. La mediación de Noruega y la participación de Estados Unidos en el Acuerdo de Barbados reflejan el interés de la comunidad internacional en la estabilidad política de Venezuela. Sin embargo, las sanciones impuestas por la Unión Europea y otros países occidentales complican las relaciones diplomáticas y afectan la percepción de legitimidad del proceso electoral.
En este escenario, la labor del panel de expertos de la ONU adquiere una relevancia particular. Aunque no emitirán declaraciones públicas sobre el proceso electoral, su informe interno podría influir en la percepción internacional sobre la transparencia y la legitimidad de las elecciones. Las recomendaciones que incluyan en su informe podrían servir como base para futuras reformas electorales en Venezuela, siempre y cuando exista la voluntad política para implementarlas.
La situación en Venezuela es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchos países en la región y en el mundo. La desconfianza en las instituciones electorales, la polarización política y las intervenciones internacionales son factores que complican la realización de elecciones libres y justas. En este contexto, la observación internacional y la mediación de organismos como la ONU son herramientas importantes para promover la transparencia y la legitimidad de los procesos electorales.
La presencia del panel de expertos de la ONU en Venezuela es un paso en esta dirección, aunque su impacto dependerá en gran medida de la receptividad del gobierno y la oposición a sus recomendaciones. La comunidad internacional, por su parte, deberá seguir de cerca el desarrollo de los comicios y las conclusiones del informe del panel, para apoyar de manera efectiva la democracia y la estabilidad en Venezuela.
