La madrugada de este miércoles, un trágico suceso sacudió a la comunidad de Suba. Un niño de tan solo 13 años fue encontrado muerto en el humedal Juan Amarillo, un área protegida que forma parte de la Estructura Ecológica Principal del Distrito Capital. Este humedal, con sus 40,51 hectáreas, es un pulmón verde vital para la ciudad, pero también un lugar que ha visto incrementarse la inseguridad en los últimos tiempos.
Varios vecinos de la zona observaron al menor entrar solo al humedal, lo que les pareció peligroso. Preocupados, decidieron llamar a las autoridades. Oficiales del Cuerpo de Bomberos de Bogotá acudieron al lugar y fueron ellos quienes rescataron el cuerpo del niño. Posteriormente, fue llevado al Instituto Nacional de Medicina Legal para determinar las causas de su muerte.
Las autoridades informaron que el niño vestía el uniforme de un colegio de Suba. Además, realizaron entrevistas en la zona y hablaron con varios vecinos. Estos relataron que no es la primera vez que ven a menores de edad y jóvenes arriesgándose en las inmediaciones del humedal. La presencia de niños y adolescentes en este lugar, sin supervisión, es una preocupación constante para los residentes.
Los habitantes de los alrededores del humedal han solicitado en repetidas ocasiones mayor control por parte de las autoridades. Con regularidad, observan fenómenos como el consumo de drogas y licor en el sector. Estos problemas no solo convierten al humedal en un foco de inseguridad, sino que también ponen en riesgo la vida de la fauna y la flora del lugar.
Muchos residentes que antes visitaban el humedal de forma turística ahora prefieren no hacerlo. La inseguridad y la presencia de extraños han hecho que el lugar pierda su atractivo. “Ya se había advertido que esto podía pasar, necesitamos que las autoridades visiten con más regularidad este lugar”, comentó un residente de la zona.
El humedal Juan Amarillo, conocido por su biodiversidad y su importancia ecológica, se ha convertido en un espacio donde la inseguridad y el abandono son evidentes. La falta de vigilancia y control ha permitido que actividades ilícitas se desarrollen sin mayores obstáculos. Esto no solo afecta a la comunidad humana, sino también a los ecosistemas que dependen de este espacio.
La muerte del niño de 13 años es un llamado de atención urgente. Las autoridades deben tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad en el humedal. Es necesario implementar patrullajes regulares y establecer puntos de control para evitar que menores de edad ingresen sin supervisión. Además, se deben desarrollar programas de educación y concienciación para que la comunidad entienda la importancia de proteger este espacio natural.
La comunidad de Suba, al igual que muchas otras en Bogotá, enfrenta desafíos complejos. La inseguridad, el consumo de sustancias y la falta de espacios seguros para los jóvenes son problemas que requieren soluciones integrales. Las autoridades locales deben trabajar de la mano con la comunidad para desarrollar estrategias efectivas que aborden estos problemas de raíz.
El humedal Juan Amarillo no solo es un espacio natural, sino también un reflejo de los problemas sociales que enfrenta la ciudad. La muerte de este niño debe ser un punto de inflexión. Es fundamental que se tomen medidas concretas para proteger tanto a los habitantes humanos como a la biodiversidad del lugar. Solo así se podrá garantizar que tragedias como esta no se repitan en el futuro.
La comunidad de Suba ha demostrado su preocupación y su disposición a colaborar con las autoridades. Es momento de que estas respondan con acciones concretas y efectivas. La seguridad y la protección del humedal Juan Amarillo deben ser una prioridad. La vida de los niños y la preservación de los ecosistemas dependen de ello.
