Para el Napoli y su presidente, Aurelio De Laurentiis, el enfrentamiento de este martes contra el Barcelona en la Champions League es un momento crucial. No solo buscan avanzar a cuartos de final por segunda vez en su historia, sino que también ven en este partido la llave para una participación en el Mundial de Clubes de la FIFA 2025. Este torneo no solo promete un significativo ingreso económico, estimado en al menos 50 millones de euros solo por clasificar, sino también la oportunidad de posicionar al Napoli en la élite del fútbol mundial.
El empate 1-1 en el partido de ida contra el equipo de Xavi Hernández ha dejado la eliminatoria abierta, y ahora el Napoli se enfrenta a la tarea de maquillar una temporada que, hasta ahora, podría considerarse para el olvido. Sin embargo, el deseo de De Laurentiis va más allá de una simple clasificación a cuartos de final. El presidente del club tiene la mirada fija en el Mundial de Clubes, un objetivo que considera fundamental para el crecimiento y la proyección internacional del Napoli.
La situación actual del Napoli en la liga italiana complica aún más el panorama. Marchando séptimo y a varios puntos de distancia de los puestos que dan acceso a competiciones europeas, el equipo se encuentra en una posición delicada. Sin embargo, existe una vía que podría llevar al Napoli al Mundial de Clubes: superar al Juventus en el ranking FIFA. Con el equipo de Turín fuera de competiciones europeas y sin posibilidad de sumar puntos, el Napoli tiene la oportunidad de adelantarse, siempre y cuando logre buenos resultados en sus próximos encuentros.
La victoria en Barcelona es, por tanto, crucial. No solo otorgaría puntos valiosos para superar al Juventus, sino que también reforzaría la posición del Napoli en el escenario europeo. De Laurentiis ha dejado claro que, si no logra la clasificación por la vía deportiva, está dispuesto a buscarla en los despachos, una declaración que ha generado controversia y ha puesto de manifiesto la importancia que el presidente otorga a la participación en el Mundial de Clubes.
La respuesta de la FIFA, confirmando al Juventus como candidato lícito para el torneo, no ha hecho más que aumentar la presión sobre el Napoli. El equipo no solo debe enfrentarse a la presión de ganar en Barcelona, sino que también debe lidiar con la posibilidad de que, a pesar de sus esfuerzos, sea el Juventus quien finalmente represente a Italia en el Mundial de Clubes.
En este contexto, el partido contra el Barcelona se convierte en algo más que un simple encuentro de fútbol. Es una batalla por el futuro, por la relevancia internacional y por el reconocimiento económico. El Napoli sueña con estar entre los grandes del mundo, y para ello, debe demostrar su valía en el campo de juego. La cita en Barcelona no es solo un desafío deportivo, sino también un momento definitorio para el proyecto de De Laurentiis. El Napoli se juega mucho más que una clasificación; se juega su posición en el panorama futbolístico mundial.