El amanecer del 1 de septiembre de 2023 fue interrumpido por un nuevo movimiento telúrico. A las 7:43 a.m., el Servicio Geológico Colombiano (SGC) informó de un sismo de magnitud 3.4, con una profundidad superficial, es decir, menor a 30 kilómetros. Este hecho, aunque no de gran magnitud, ha generado una serie de acciones por parte de las autoridades y la población, especialmente en el departamento del Meta, donde se está llevando a cabo un monitoreo exhaustivo para verificar si se ha registrado alguna emergencia.
En este sentido, es importante destacar que las redes sociales se han convertido en una herramienta esencial para la comunicación y la recopilación de información en situaciones de emergencia. En este caso, usuarios de estas plataformas han reportado que el sismo también se percibió en Guayabetal, Cundinamarca, ampliando así el alcance geográfico del fenómeno.
Por otro lado, en Villavicencio, los habitantes han comenzado a evacuar los edificios más altos e infraestructuras que podrían verse afectadas en caso de un movimiento más fuerte. Esta acción, que se realiza en respuesta inmediata a las indicaciones de las autoridades, demuestra la importancia de la prevención y la preparación ante este tipo de eventos.
Es relevante recordar que, el pasado 17 de agosto, un fuerte temblor con magnitud de 6.1, que tuvo como epicentro el Calvario, Meta, dejó un saldo de más de 20 viviendas afectadas y una persona fallecida. Este suceso, aún fresco en la memoria de la población, ha generado una mayor conciencia y respuesta ante la posibilidad de un nuevo sismo.
En relación con este último evento, el SGC recibió 1.900 reportes de personas que sintieron el movimiento telúrico en 115 centros poblados o municipios de: Cundinamarca, Meta, Caquetá, Risaralda, Caldas, Cauca, Nariño, Santander y Boyacá. Esta cifra, que refleja la amplia percepción del sismo, también evidencia la importancia de contar con sistemas de reporte y monitoreo eficientes.
