En la tarde del martes 12 de marzo, el municipio de Lloró, en Chocó, se vio sacudido por una violenta confrontación armada. Este trágico evento culminó con la muerte de tres personas y una más resultando herida. Según informes preliminares, este acto de violencia habría sido perpetrado por el Clan del Golfo, un grupo armado con presencia significativa en la región. La alcaldesa del municipio, Luz Stella Serna Moreno, ha descrito el incidente no como una confrontación, sino como una masacre, subrayando la brutalidad del ataque en el barrio Nuevo Lloró. Los atacantes irrumpieron en el pueblo abriendo fuego contra los civiles, dejando tras de sí un rastro de muerte y terror.
Los fallecidos en este ataque, según la alcaldesa, incluyen dos personas de ascendencia afro y un indígena, lo que subraya la diversidad cultural de la región y el impacto indiscriminado de la violencia sobre las comunidades. Además, se reportó que una persona herida, también perteneciente a la comunidad indígena, está siendo atendida en el centro médico local. Este incidente ha provocado una ola de miedo y preocupación entre los habitantes de Lloró, temiendo que este acto de violencia pueda desencadenar nuevos desplazamientos forzados, exacerbando una situación de inseguridad ya de por sí precaria.
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. El coronel Óscar Mauricio Rico Guzmán, comandante del Departamento de Policía del Chocó, confirmó que tanto la Policía como el Ejército se movilizaron rápidamente hacia el lugar de los hechos. A su llegada, se encontraron con la desoladora escena de tres cuerpos sin vida, mientras que la comunidad les informaba sobre la persona herida. Este rápido despliegue de las fuerzas del orden subraya la gravedad de la situación y la urgencia de restaurar la paz y el orden en la región.
La alcaldesa Serna Moreno ha hecho un llamado a la paz, al diálogo y a la colaboración, instando a la comunidad a unirse en estos momentos difíciles para trabajar hacia un futuro más seguro y próspero para Lloró. Este llamado a la unidad y al apoyo mutuo es un recordatorio de la resiliencia de las comunidades frente a la adversidad y de la importancia de la solidaridad en tiempos de crisis.
Este incidente en Lloró no es un caso aislado. Apenas unas semanas antes, el barrio las Palmas en Quibdó fue escenario de otro ataque que dejó cuatro personas muertas y tres heridas. Estos actos de violencia subrayan la situación de inseguridad que enfrenta el departamento del Chocó, donde la presencia de grupos armados como el Clan del Golfo y el ELN ha provocado confrontaciones directas y desplazamientos masivos en años anteriores.
Ante esta escalada de violencia, se espera la realización de un Consejo de Seguridad liderado por la gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba. Este encuentro buscará evaluar la situación de seguridad en el territorio y definir medidas concretas para proteger a las comunidades y restaurar la paz. La urgencia de esta reunión refleja la gravedad de la crisis de seguridad que enfrenta el departamento y la necesidad de una acción coordinada y efectiva para contrarrestar la violencia.
Según Indepaz, este evento en Lloró representa la masacre número 14 registrada en el país en lo que va del año, un dato alarmante que pone de relieve la persistente problemática de violencia en Colombia. La presencia de grupos armados como el Clan del Golfo y el ELN en el Chocó es un factor de desestabilización que requiere una respuesta decidida por parte de las autoridades y la sociedad civil. La situación en Lloró es un llamado a la acción, un recordatorio de la urgente necesidad de trabajar juntos para construir un futuro de paz y seguridad para todas las comunidades afectadas por la violencia.
