Las recientes fuertes lluvias en Cali han dejado una estela de destrucción y desafíos que requieren una atención inmediata y coordinada. El pasado 15 de mayo, la capital vallecaucana se vio severamente afectada por precipitaciones que transformaron las calles en verdaderos ríos de agua y lodo, afectando a por lo menos 50 barrios, principalmente en el norte de la ciudad y en zonas de ladera. Este fenómeno no solo colapsó la movilidad sino que también arrastró vehículos, derribó árboles y causó emergencias en viviendas y hasta en un centro médico, donde el agua comenzó a filtrarse por el techo.
La magnitud de la emergencia se refleja en los datos proporcionados por la sala de crisis de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), que reportó que entre las 4:00 p.m. y las 6:00 p.m. del día en cuestión, cayeron aproximadamente 29,3 mm de agua en Cali. Esto ocasionó daños significativos, incluyendo afectaciones en dos viviendas en Montebello, daños a 13 vehículos, inundaciones en los sótanos de dos centros comerciales y fenómenos de remoción en masa e inundaciones en 13 lugares reportados.
Las consecuencias de estas lluvias han sido visibles en varias zonas de la ciudad. Por ejemplo, en unidades residenciales en La Flora, el agua acumulada frente a las edificaciones sigue siendo un problema, mientras que en Chipichape, el desbordamiento de los canales provocó que el agua y el lodo obstruyeran varias vías, complicando aún más la situación de la movilidad en la ciudad.
Ante esta situación, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, tomó medidas inmediatas, como la instalación de un Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar la respuesta a la emergencia. Además, hizo un llamado a la población para que permanezca en sus hogares si no es necesario salir y reporte cualquier emergencia a través de las redes de la alcaldía o llamando a su cuadrante de seguridad.
Para enfrentar los desafíos en términos de movilidad, operarios de Alcantarillado de Emcali, junto con Bomberos, Defensa Civil y Movilidad, trabajaron intensamente durante la madrugada para remover el lodo de las avenidas principales y limpiar las alcantarillas y sumideros obstruidos. Gracias a estos esfuerzos, se logró liberar la avenida Sexta, aunque en áreas como San Vicente, Chipichape y Altos de Minga, los trabajos continúan y el paso sigue siendo restringido.
El gerente de Acueducto y Alcantarillado de Emcali, Mauricio Jiménez, explicó que la situación fue exacerbada por una quebrada que arrastró palos y basura, obstruyendo completamente un puente y generando una especie de represa que, al desbordarse, afectó gravemente a sectores como La Flora y Chipichape, provocando el colapso parcial de la ciudad.
En respuesta a la emergencia, el alcalde Eder ha estado recorriendo los puntos más afectados para evaluar la situación y coordinar las acciones necesarias. Una de sus principales solicitudes a la ciudadanía ha sido evitar arrojar basuras en las calles, ya que esto contribuye a las obstrucciones y agrava las inundaciones.
Este evento destaca la importancia de la gestión del riesgo y la preparación ante emergencias en áreas urbanas, especialmente en zonas propensas a inundaciones. También subraya la necesidad de una infraestructura resiliente y de sistemas de drenaje eficientes que puedan manejar eventos extremos de precipitación, minimizando así el impacto en la población y en la infraestructura crítica de la ciudad.
