La Compañía Nacional de Chocolates, una de las empresas más tradicionales de Colombia, abrió recientemente las puertas de su planta en Rionegro, Antioquia. Esta fábrica, que produce el 67% del mercado de chocolates en Colombia, es un complejo industrial avanzado con líneas de producción tecnificadas y máquinas patentadas que permiten transformar los granos de cacao en chocolatinas finamente empacadas en cuestión de horas.
El olor a chocolate fundido que emana de las chimeneas de la fábrica es tan intenso que traspasa las paredes y llega hasta la entrada principal, hipnotizando a los visitantes con el dulce aroma del cacao mezclado con azúcar. Sin embargo, a pesar de las similitudes con la fábrica de Willy Wonka en la adaptación de 2005 de Charlie y la Fábrica de Chocolates, la realidad es muy diferente. En lugar de los Oompa-Loompas y el río de chocolate, los visitantes se encuentran con un complejo industrial avanzado y tecnificado.
La materia prima para la producción de chocolates proviene de 20.000 familias cacaoteras de todo el país que venden toneladas del fruto a la empresa. Los camiones llegan a la fábrica repletos de bultos de cacao que son almacenados hasta que es el momento de pasar a las bandas donde comienza la transformación. Después de la aspersión, limpieza y tostión, los granos se muelen y trituran para obtener el cacao puro y su manteca, que en algunos casos es utilizada para la producción de algunas chocolatinas o es vendida a otras industrias.
Una vez mezclado con la leche y el azúcar, el dulce líquido se transporta en tuberías por toda la fábrica. Cada producto tiene su propia línea, banda transportadora y molde. Por ejemplo, en el caso de la Jumbo, el maní se mezcla con el chocolate justo antes de que la barra sea moldeada y enfriada para pasar al empaque donde otra máquina se encarga de poner en menos de dos segundos su envoltura. Al final del proceso, las chocolatinas se empacan en cajas o bolsas, según la cantidad, y quedan listas para ser almacenadas y luego distribuidas en transportadores especializados del Grupo Nutresa por todo el país.
Cada año, el equipo de innovación y desarrollo de la Nacional de Chocolates presenta golosinas nuevas al mercado para la temporada de amor y amistad que inicia en la fábrica a mediados de julio y se prolonga hasta septiembre. “El 20 por ciento de las ventas del año en la categoría de golosinas de chocolate se hacen durante amor y amistad. Es un pico donde esperamos tener un crecimiento a doble dígito y donde el consumo de chocolate aumenta versus las otras temporadas del año”, reveló Regina Malo, directora de Mercadeo de la empresa.
Para esta época, por ejemplo, los colombianos disfrutaron de la Jet Chocoveteada —mitad chocolate de leche y la mitad chocolate blanco con mini galleta de chocolate—; la Jumbo Turbo —una barra de chocolate con maní salado y maní horneado con un toque explosivo con chile limon—; la Jumbo edición endulzada —con un tamaño especial para el época—, la Gol min choco power —con chocolate gol, caramelo, arroz soplado achocolatado y mini galleta de chocolate—, y la MontBlanc salted caramel —con chocolate blanco con relleno sabor a Baileys y trocitos de caramelo salado—.
El desarrollo de un producto no es un trabajo que se haga a la ligera. Los equipos comienzan la planeación entre 12 y 24 meses antes, buscando tendencias entre los consumidores y analizando sus deseos para convertirlos en realidad. Lo que identificaron para este año es que los colombianos quieren, entre otras cosas, productos más pequeños, con menos azúcar o con una experiencia de sabor mucho más intensa.
Siete de cada diez chocolates que se venden en Colombia son producidos por la Compañía Nacional de Chocolates, que para este año espera ventas superiores a los 150.000 millones de pesos. Aunque la producción de la fábrica no se limita solo a Colombia. El 60 por ciento de los chocolates que salen de la planta se venden a nivel nacional y el resto se distribuyen a otros países en América, Europa, Asia y África. “Chocolatinas que van a muchos rincones del mundo en las maletas de los colombianos”, dijo Malo. Y es que, si bien la temporada de amor y amistad en septiembre se celebra solo en Colombia, “en el resto de los países donde tenemos cobertura se celebra San Valentín”, lo que hace que febrero sea “una temporada en la que está vigente la planta en la producción”. Una planta que produce millones de barras de chocolate al año y que causa fascinación entre los amantes de la exquisita golosina que endulza el amor y la amistad de los colombianos.