En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos del fútbol asiático, la selección de Jordania se ha erigido como la gran revelación de la Copa Asiática, tras eliminar a Corea del Sur con un contundente 2-0 en las semifinales. Este resultado no solo ha sorprendido a los aficionados y analistas deportivos, sino que también ha puesto de manifiesto la imprevisibilidad del fútbol y la capacidad de equipos considerados “menores” para competir al más alto nivel.
La selección surcoreana, liderada por la estrella del Tottenham, Heung-Min Son, y considerada una de las favoritas para alzarse con el trofeo, se vio superada por un equipo jordano que demostró ser superior en táctica, disciplina y ejecución. La defensa jordana, impenetrable durante los 90 minutos de juego, logró anular completamente a los atacantes surcoreanos, quienes no consiguieron realizar ni un solo tiro a puerta.
El primer gol de Jordania llegó al minuto 53, obra de Yazan Al Naimat, quien aprovechó un error en la salida de Corea del Sur para batir al portero Hyeon-Woo Jo con una definición precisa. Este tanto fue un duro golpe para los surcoreanos, que, a pesar de contar con figuras de renombre internacional como Whang Hee-Chan y Lee Kang-In, no lograron encontrar respuestas ante el sólido planteamiento táctico de Jordania.
La situación se tornó aún más desfavorable para Corea del Sur cuando, al minuto 66, Mousa Al Tamari, el talentoso jugador del Montpellier y único representante jordano en una de las cinco grandes ligas de Europa, realizó una espectacular jugada individual para marcar el segundo gol y sellar la victoria de Jordania. Este momento fue crucial, ya que consolidó la ventaja de Jordania y dejó en claro que estaban en camino de hacer historia.
La afición jordana, que se dio cita en el estadio de Al Rayyan, en Catar, vivió momentos de euforia al presenciar cómo su selección, dirigida por el marroquí Hussein Ammouta y sin antecedentes de participación en un Mundial de fútbol, alcanzaba la final de la Copa Asiática por primera vez en su historia. Este logro es un testimonio del trabajo duro, la dedicación y el espíritu de equipo que han caracterizado a la selección jordana a lo largo del torneo.
Ahora, Jordania se prepara para enfrentar al ganador del encuentro entre Catar e Irán en la final del próximo sábado 10 de febrero, en el estadio de Lusail, escenario donde Argentina se coronó campeona del mundo en 2022. Este partido no solo representa la oportunidad para Jordania de conquistar el título continental, sino también de consolidarse como una fuerza emergente en el fútbol asiático.
La Copa Asiática de este año ha demostrado ser un torneo lleno de sorpresas, donde la pasión, el talento y la estrategia se han combinado para ofrecer espectáculos memorables. Jordania, con su histórica clasificación a la final, ha escrito una nueva página en la historia del fútbol, demostrando que en este deporte, la determinación y el trabajo en equipo pueden llevar a lograr lo inimaginable. Este sábado, el mundo estará atento para ver si Jordania puede culminar su cuento de hadas con el trofeo en sus manos.
