El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Alcaldía de Santa Marta están explorando la implementación de un modelo de justicia juvenil restaurativa. Este enfoque busca la reinserción social de jóvenes en el sistema de responsabilidad penal, garantizando la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y la comunidad. La iniciativa se enmarca en un esfuerzo por transformar la manera en que se maneja la justicia juvenil en la región.
Para avanzar en este objetivo, representantes del ICBF y la Alcaldía de Santa Marta realizaron una visita a Barranquilla. Durante esta visita, se llevaron a cabo reuniones con defensores de familia, fiscales, jueces de familia y sus respectivos equipos. Además, las entidades visitaron las instalaciones del Centro de Servicios Judiciales para Adolescentes (CESPA) y otras unidades que atienden a adolescentes y jóvenes. Estas reuniones y visitas fueron fundamentales para entender cómo se puede adaptar el modelo de justicia juvenil restaurativa a las necesidades específicas de Santa Marta.
La justicia juvenil restaurativa no solo se centra en la reinserción social de los jóvenes, sino que también busca garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y la comunidad. Este enfoque es crucial para crear un sistema más equitativo y humano, que no solo castigue, sino que también ofrezca oportunidades de redención y crecimiento personal.
María del Rosario Blanco, directora regional encargada del ICBF en el Magdalena, destacó la importancia de la asistencia técnica en este proceso. “Venimos trabajando desde hace varios meses en conjunto con la Fiscalía, la Rama Judicial y diferentes actores del Sistema Nacional de Bienestar Familiar. Desde el ICBF estamos brindado toda la asistencia técnica necesaria para que la Justicia Juvenil Restaurativa sea una realidad en el Magdalena”, afirmó Blanco. Sus palabras reflejan el compromiso y la colaboración interinstitucional que se requiere para implementar con éxito este modelo.
La visita a Barranquilla permitió a los representantes de Santa Marta observar de primera mano cómo funciona el modelo de justicia juvenil restaurativa en otra ciudad. Esto les proporcionó valiosas lecciones y mejores prácticas que pueden ser adaptadas a su contexto local. La experiencia de Barranquilla puede servir como un ejemplo a seguir, mostrando tanto los desafíos como las oportunidades que presenta la implementación de este enfoque.
Uno de los aspectos más destacados de la justicia juvenil restaurativa es su enfoque en la reparación del daño. A diferencia del sistema penal tradicional, que se centra en el castigo, la justicia restaurativa busca que el joven asuma la responsabilidad de sus acciones y trabaje para reparar el daño causado. Esto no solo beneficia a la víctima, sino que también ayuda al joven a entender las consecuencias de sus acciones y a desarrollar un sentido de responsabilidad y empatía.
Además, la justicia juvenil restaurativa promueve la participación activa de la comunidad. La comunidad no solo es vista como un espectador, sino como un actor clave en el proceso de reinserción. Esto fortalece el tejido social y crea un entorno más seguro y cohesionado. La participación comunitaria es esencial para el éxito de este modelo, ya que proporciona un sistema de apoyo para los jóvenes y ayuda a prevenir la reincidencia.
La implementación de la justicia juvenil restaurativa en Santa Marta también requerirá una formación adecuada para todos los actores involucrados. Defensores de familia, fiscales, jueces y otros profesionales necesitarán capacitación específica para entender y aplicar los principios de la justicia restaurativa. Esta formación es crucial para asegurar que el modelo se implemente de manera efectiva y que todos los actores estén alineados con sus objetivos y métodos.
