En el corazón de Bogotá, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación se ha convertido en el epicentro de una experiencia transformadora que invita a reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de Colombia. La exposición “Hay futuro si hay verdad: de la Colombia herida a la Colombia posible” emerge como un faro de esperanza y entendimiento en un país marcado por décadas de conflicto. Esta muestra, que se inauguró hace unos días, es el resultado de un esfuerzo por socializar el Informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV), un documento histórico entregado al país hace casi dos años, que busca mantener viva la memoria de un pasado doloroso para construir un futuro de paz.
La exposición se despliega en seis momentos distintos, cada uno diseñado para llevar al visitante a través de un viaje emocional y cognitivo por casi 60 años de historia de violencia en Colombia. Desde el inicio, se plantea una pregunta fundamental: ¿Podrías vivir en un mundo sin verdad? Esta interrogante no solo establece el tono de la experiencia sino que también invita a la reflexión profunda sobre la importancia de enfrentar y reconocer las verdades dolorosas del pasado.
El primer y segundo momento de la muestra se enfocan en el porqué de la creación de la CEV y en la metodología empleada para elaborar el Informe, un proceso que tomó casi 42 meses. Aquí, se busca comprender la persistencia de la guerra en Colombia y sus efectos devastadores en las regiones y poblaciones vulnerables. A continuación, el tercer momento, denominado la Colombia herida, presenta una serie de paneles con cifras de víctimas y estadísticas de hechos violentos, acompañados de testimonios que revelan la resiliencia de las víctimas y sus pedidos de justicia.
El cuarto momento ofrece una visualización de los hitos del conflicto a lo largo de más de seis décadas, agrupados por temáticas como el auge del narcotráfico y las conversaciones de paz. Este segmento destaca los once hallazgos de la CEV que apuntan al origen y causas de persistencia del conflicto, ofreciendo sugerencias para prevenir su profundización. El quinto momento, la Colombia adentro, invita a los visitantes a explorar las subregiones afectadas por la guerra a través de un paisaje sonoro y cartográfico, proporcionando una experiencia inmersiva que acerca al público a la realidad del conflicto.
Finalmente, el último momento, “La Colombia posible”, presenta un espacio de reflexión sobre el futuro, destacando las recomendaciones finales de la CEV y promoviendo conceptos como derechos humanos, dignidad, inclusión e igualdad. Este espacio busca involucrar al visitante en la construcción de un futuro mejor, preguntando: ¿cuál es tu participación?
A pesar de las limitaciones de espacio y la ausencia de algunos objetos recogidos por la CEV, la exposición ha logrado adaptarse y ofrecer una experiencia rica y educativa. La coordinadora general de la exposición, Adriana Serrano, menciona la posibilidad de que la muestra se convierta en itinerante, lo que permitiría ampliar su alcance y impacto. La exposición cuenta con el apoyo de una red de aliados y una agenda de recorridos guiados y ejercicios de mediación pedagógica, dirigidos especialmente a atraer nuevos públicos y fomentar una mayor comprensión y empatía hacia el trabajo de la Comisión.
La realización de esta exposición ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de diversas organizaciones y al trabajo de la excomisionada de la verdad Lucía González, quien se enfocó en las expresiones culturales como medio para promover la memoria y la reconciliación. El apoyo de la Cooperación Alemana, USAID, Unicef, la Fundación Ford, el Grupo Sura y el Ministerio de Cultura, entre otros, ha sido fundamental para llevar a cabo esta iniciativa que busca no solo recordar el pasado sino también inspirar un futuro de paz y justicia en Colombia.
