En un contexto político y social cada vez más polarizado, el presidente Gustavo Petro ha lanzado una propuesta que ha generado un amplio debate en Colombia: la convocatoria a una asamblea nacional constituyente. Esta iniciativa, según el mandatario, no busca alterar el equilibrio de poderes ni las reformas que actualmente discute el Congreso, sino promover cambios más profundos y estructurales en la sociedad colombiana. A través de una entrevista concedida al diario El Tiempo, Petro ha esbozado los contornos de su propuesta, enfatizando la importancia de la participación ciudadana y la movilización popular como pilares fundamentales de este proceso.
Petro ha dejado claro que su llamado a la constituyente no es un capricho personal ni una estrategia para perpetuarse en el poder. Por el contrario, asegura que su intención es fortalecer la democracia colombiana, permitiendo que sea el pueblo, a través de mecanismos de participación directa como los cabildos abiertos, quien decida sobre los cambios estructurales que el país necesita. Este enfoque pone de manifiesto una visión de la democracia que trasciende las instituciones tradicionales y busca empoderar a la ciudadanía.
El presidente ha subrayado que la constituyente no tiene como objetivo revertir decisiones legislativas específicas, como la posible hundimiento de la reforma de la salud por parte del Congreso. Más bien, busca abordar las crisis sistémicas que enfrenta Colombia, como el colapso de las Entidades Promotoras de Salud (EPS), mediante una transformación más amplia y profunda de las estructuras políticas y sociales del país. Petro argumenta que los problemas que enfrenta Colombia no se pueden resolver simplemente con ajustes legislativos o reformas puntuales, sino que requieren una revisión integral del marco constitucional.
Además, el mandatario ha sido enfático en desmentir las especulaciones sobre sus supuestas intenciones de buscar la reelección a través de la constituyente. Asegura que no tiene interés en continuar en el poder más allá de su mandato actual y que su propuesta de constituyente busca, ante todo, fortalecer la democracia y responder a las demandas de cambio de la sociedad colombiana.
La propuesta de Petro ha generado una amplia gama de reacciones, desde el escepticismo y la crítica por parte de expertos jurídicos y líderes políticos, hasta el apoyo de sectores de la sociedad que ven en la constituyente una oportunidad para profundizar la democracia y abordar problemas estructurales de larga data. Sin embargo, también ha suscitado preocupaciones sobre la viabilidad de este proceso y los riesgos de polarización y conflicto que podría generar.
En este contexto, es crucial que el debate sobre la constituyente se desarrolle de manera informada y constructiva, teniendo en cuenta no solo las implicaciones legales y políticas de esta propuesta, sino también las aspiraciones y demandas de la sociedad colombiana. Solo así será posible avanzar hacia un proceso de cambio que sea verdaderamente inclusivo, democrático y capaz de responder a los desafíos que enfrenta el país.