El fallecimiento del ex presidente chileno Sebastián Piñera en un trágico accidente de helicóptero en la comuna de Lago Ranco, al sur de Chile, ha conmocionado al país y al mundo. A sus 74 años, Piñera deja tras de sí un legado político marcado por dos presidencias que estuvieron llenas de desafíos, logros y controversias. Su carrera política, que lo llevó a ser el primer mandatario de derecha en la democracia chilena tras la dictadura, y uno de los fundadores de Renovación Nacional, refleja la complejidad de la política y la sociedad chilenas en las últimas décadas.
Piñera asumió la presidencia por primera vez el 11 de marzo de 2010, en un momento crítico para Chile, apenas días después de que un devastador terremoto y maremoto azotaran el centro y sur del país, dejando un saldo de 525 muertos y 23 desaparecidos. Este contexto de crisis marcó el inicio de su mandato, obligándolo a priorizar la reconstrucción nacional. Implementó un plan de reconstrucción de viviendas e infraestructura pública y promulgó leyes para la creación de un Fondo Nacional de Reconstrucción y mecanismos de incentivos tributarios para las donaciones. Además, el derrumbe de la mina San José, que atrapó a 33 mineros durante semanas, puso a prueba su liderazgo en situaciones de emergencia, culminando en un exitoso rescate que capturó la atención mundial.
Durante su primer mandato, Piñera también enfrentó el recrudecimiento del conflicto mapuche y levantamientos de movimientos sociales y estudiantiles, que demandaban un acceso más equitativo a la educación superior y un mayor gasto público en este sector. En respuesta, incrementó la subvención escolar e implementó programas de becas, buscando aplacar las demandas sociales.
En el ámbito político, realizó cambios significativos en el régimen de inscripción, organización y funcionamiento del Servicio Electoral, estableciendo la inscripción automática y el sistema de primarias para la nominación de candidatos. En política exterior, firmó tratados de libre comercio con países asiáticos y participó en la creación de la Alianza del Pacífico, además de asumir la primera presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Tras un interludio marcado por la presidencia de Michelle Bachelet, Piñera regresó al Palacio de la Moneda en marzo de 2018, con un segundo mandato enfocado en la recuperación de la unidad y la confianza para un retorno al progreso social y económico. Sin embargo, el 18 de octubre de 2019, se enfrentó a un estallido social que puso en jaque la institucionalidad del país, llevando a un largo proceso constituyente aún inconcluso. Su respuesta al estallido, incluyendo la declaración de un estado de excepción constitucional, generó críticas y lo llevó a tener el peor nivel de aprobación registrado para un presidente en Chile.
A pesar de estos desafíos, Piñera también enfrentó la pandemia del coronavirus, impulsando un amplio plan de vacunación que buscaba proteger a la población.
La muerte de Sebastián Piñera cierra un capítulo importante en la historia política de Chile. Su legado es un reflejo de los desafíos, avances y tensiones que han marcado al país en las últimas décadas. Su gestión, marcada por momentos de crisis y desafíos significativos, así como por esfuerzos por promover el desarrollo y el bienestar social, será recordada y analizada en los años venideros. La historia de sus dos presidencias es testimonio de la complejidad de gobernar y de las profundas divisiones, pero también de las posibilidades de progreso y unidad en la sociedad chilena.
