El mundo de la música y el cine ha perdido a una de sus figuras más icónicas. Kris Kristofferson, un hombre de múltiples talentos y un carisma inigualable, falleció a los 88 años en su hogar en Maui, Hawái. La noticia fue confirmada por Ebie McFarland, portavoz de la familia, quien informó que Kristofferson murió en paz, rodeado de sus seres queridos. Aunque no se ha revelado la causa de su muerte, su legado perdurará en la memoria de muchos.
Nacido en Brownsville, Texas, Kristofferson se destacó desde joven. Fue becario Rhodes y obtuvo un máster en inglés en el Merton College de la Universidad de Oxford. Sin embargo, su pasión por la música lo llevó a rechazar un puesto de profesor en la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point. En lugar de seguir una carrera académica, decidió mudarse a Nashville para dedicarse a la composición de canciones. Trabajó como conserje en el estudio Music Row de Columbia Records, donde tuvo la oportunidad de presenciar la grabación del influyente álbum “Blonde on Blonde” de Bob Dylan.
A finales de los años 60, Kristofferson escribió algunos de los clásicos más memorables de la música country. Canciones como “Sunday Mornin’ Comin’ Down”, “Help Me Make it Through the Night”, “For the Good Times” y “Me and Bobby McGee” se convirtieron en himnos, interpretados por artistas de la talla de Ray Price y Janis Joplin. Aunque era un talentoso cantante, muchas de sus composiciones alcanzaron mayor fama en las voces de otros intérpretes.
Además de su carrera musical, Kristofferson también dejó una huella en el cine. Actuó junto a Ellen Burstyn en la película de 1974 “Alice Doesn’t Live Here Anymore”, dirigida por Martin Scorsese. También protagonizó junto a Barbra Streisand “A Star Is Born” en 1976 y compartió pantalla con Wesley Snipes en “Blade” de Marvel en 1998. Su versatilidad como actor le permitió destacarse en diversos géneros, desde westerns hasta dramas de vaqueros.
Kristofferson era un hombre de contrastes. Podía recitar de memoria a William Blake y entretejer intrincadas letras de música folk con la música country popular. Con su pelo largo, pantalones acampanados y canciones de contracultura, representó una nueva generación de compositores junto a colegas como Willie Nelson, John Prine y Tom T. Hall. Nelson, en una ceremonia de entrega de premios a Kristofferson en 2009, lo describió como el mejor compositor vivo, afirmando que “todo lo que escribe es un estándar y todos vamos a tener que vivir con eso”.
La vida de Kristofferson estuvo llena de anécdotas y leyendas. Una de las más famosas es la historia de cómo aterrizó un helicóptero en el jardín de Johnny Cash para entregarle una cinta de “Sunday Mornin’ Comin’ Down”. Aunque la historia ha sido exagerada con el tiempo, Kristofferson siempre mostró respeto hacia Cash, reconociendo que su carrera no habría sido la misma sin él. En una entrevista de 2006, recordó cómo conocer a Cash en el backstage del Grand Ole Opry fue un momento electrizante que lo motivó a seguir adelante.
Una de sus canciones más icónicas, “Me and Bobby McGee”, tiene una historia interesante detrás. Fue escrita a partir de una recomendación de Fred Foster, fundador de Monument Records, quien tenía en mente un título en honor a una secretaria de su edificio. Kristofferson se inspiró en la película “La Strada” de Federico Fellini para escribir la letra. Janis Joplin, quien tenía una relación cercana con Kristofferson, grabó su versión de la canción pocos días antes de su muerte en 1970, convirtiéndola en un éxito póstumo.
Entre los éxitos que grabó Kristofferson se encuentran “Why Me”, “Loving Her Was Easier (Than Anything I’ll Ever Do)”, “Watch Closely Now”, “Desperados Waiting for a Train”, “A Song I’d Like to Sing” y “Jesus Was a Capricorn”. En 1973, se casó con la compositora Rita Coolidge, con quien tuvo una exitosa carrera como dúo, ganando dos premios Grammy. Sin embargo, su matrimonio terminó en divorcio en 1980.
Kristofferson se retiró de las actuaciones y grabaciones en 2021, aunque hizo apariciones ocasionales como invitado en el escenario. Su legado como cantautor y actor es innegable, y su influencia perdurará en la música y el cine por generaciones. Su vida y obra son un testimonio de su talento y dedicación, y su ausencia será profundamente sentida por todos aquellos que lo admiraron y amaron.
