La reciente falla informática de Microsoft ha desencadenado una serie de problemas en aeropuertos de todo el mundo. Aerolíneas como Ryanair y Turkish Airlines han advertido a sus pasajeros sobre la necesidad de llegar con mayor antelación debido a los obstáculos en la emisión de tiquetes, check-in y reservas. Este incidente ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas tecnológicos en la aviación y ha generado un caos significativo en varias terminales aéreas.
En Europa, la situación es particularmente grave. El aeropuerto de Edimburgo, en Escocia, ha reportado tiempos de espera más prolongados debido a la interrupción del sistema informático. En España, todos los aeropuertos están afectados, aunque Aena, la autoridad aeroportuaria, ha confirmado que las terminales siguen operando y los vuelos se están llevando a cabo. Sin embargo, los pasajeros deben enfrentarse a largas esperas y procesos manuales que ralentizan el flujo habitual.
El aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol también ha sido gravemente afectado. La terminal informó que hay un fallo global del sistema que impacta tanto los vuelos entrantes como los salientes. La situación está siendo evaluada para determinar el alcance total del problema. En Berlín-Brandeburgo, la terminal aérea de la capital alemana ha informado sobre retrasos en el check-in y, durante la mañana del viernes, el tráfico aéreo fue suspendido temporalmente.
La crisis no se limita a Europa. En Singapur, el aeropuerto de Changi, uno de los más transitados del mundo, ha tenido que recurrir al registro manual de pasajeros para algunas aerolíneas. Los medios locales han mostrado imágenes de largas filas en los mostradores de facturación, lo que evidencia la magnitud del problema. En Australia, tanto el aeropuerto de Melbourne como el de Sídney han reportado problemas similares. Melbourne ha mencionado un problema de “tecnología global” que afecta los procedimientos de facturación, mientras que Sídney ha notificado una interrupción global del servicio que perjudica las operaciones de las aerolíneas y los servicios de la terminal. A pesar de estos inconvenientes, los vuelos siguen llegando y saliendo de ambas terminales.
Curiosamente, las aerolíneas chinas parecen no haber sido afectadas por este incidente. Según la prensa local, Air China y otras aerolíneas importantes no han experimentado interrupciones tecnológicas. Esto plantea preguntas sobre la resiliencia y la independencia de los sistemas tecnológicos utilizados por las aerolíneas chinas en comparación con sus contrapartes internacionales.
En Estados Unidos, la situación es igualmente crítica. La Administración Federal de Aviación (FAA) suspendió las operaciones debido a la falla informática. Los principales aeropuertos del país, como Nueva York, Atlanta, Dallas y Chicago, han sufrido importantes retrasos. Las aerolíneas han tenido dificultades para procesar a los viajeros, lo que ha resultado en largas filas y frustración entre los pasajeros. NBC News informó que las pantallas de salida y los sistemas de facturación fallaron, y se espera que los retrasos sigan aumentando.
Este incidente pone de relieve la dependencia de la industria de la aviación en los sistemas informáticos y la necesidad de contar con planes de contingencia robustos. La interrupción ha afectado a miles de pasajeros en todo el mundo, generando un caos que podría haberse mitigado con mejores protocolos de emergencia. Las aerolíneas y los aeropuertos deben aprender de esta experiencia y trabajar en la implementación de sistemas más resilientes y seguros.
Además, la situación plantea preguntas sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas en la gestión de sus sistemas. Microsoft, como proveedor del software afectado, deberá enfrentar un escrutinio significativo y posiblemente tomar medidas para evitar futuras fallas. La confianza en la tecnología es fundamental para la operación eficiente de los aeropuertos y las aerolíneas, y cualquier interrupción puede tener consecuencias graves.
