Este domingo, la ceremonia de los premios de la Academia fue testigo de un verdadero giro inesperado que capturó la atención de todos los presentes y espectadores alrededor del mundo. Emma Stone, reconocida por su actuación en “Poor Things”, se enfrentó a un desafío inesperado justo momentos antes de subir al escenario para aceptar su trofeo a Mejor Actriz. “Mi vestido está roto”, fueron las palabras de Stone, que resonaron con una mezcla de sorpresa y calma mientras se dirigía a recibir su premio de la Academia.
Una vez en el escenario, abrió su discurso de aceptación reconociendo el mal funcionamiento de su vestuario, específicamente una cremallera o costura rota en la parte posterior de su vestido Louis Vuitton. Este incidente, lejos de opacar su momento, se convirtió en una anécdota que demostró su profesionalismo y capacidad para manejar situaciones inesperadas con gracia. “Creo que sucedió durante ‘I’m Just Ken'”, explicó Stone, haciendo referencia a la actuación de Ryan Gosling de su canción de la película “Barbie”. Este momento, lleno de energía y baile, fue tan cautivador que incluso Stone se dejó llevar por la emoción, lo que presumiblemente llevó al percance con su vestido.
“No miren la parte trasera de mi vestido”, dijo Stone al concluir su discurso, una petición que, aunque noble, probablemente atrajo más atención hacia el problema. Sin embargo, este incidente no restó mérito a su logro. Al hablar con los reporteros tras bastidores, Stone reveló que se había “dejado llevar” durante la actuación de Gosling, un testimonio de la magia y el encanto que pueden surgir en eventos de esta magnitud. “Tuvieron que coserme de nuevo, lo cual fue maravilloso”, agregó, destacando la rápida respuesta y el apoyo que recibió en ese momento crítico.
Emma Stone, ahora dos veces ganadora del Oscar, había deslumbrado en la alfombra roja con un look Vuitton personalizado, cortesía de la destacada estilista de moda y celebridades Petra Flannery. Este incidente de vestuario se suma a una serie de percances de moda que han ocurrido en los Oscar a lo largo de los años, recordándonos que incluso en los momentos más glamorosos, la humanidad y la vulnerabilidad están presentes.
Charlize Theron y Jenny Slate son solo algunas de las celebridades que han compartido experiencias similares, demostrando que estos incidentes, lejos de ser meras anécdotas, forman parte de la historia y el encanto de los premios de la Academia. Incluso Jennifer Lawrence, quien estaba presente en el escenario con Stone, ha tenido su cuota de momentos inesperados, como cuando tropezó al aceptar su Oscar a Mejor Actriz en 2013.
Estos momentos, capturados y compartidos, se convierten en parte de la narrativa colectiva de los premios de la Academia, recordándonos que detrás del brillo y el glamour, hay historias de perseverancia, humanidad y, sobre todo, un espíritu inquebrantable. Emma Stone, con su actuación ganadora del Oscar y su manejo elegante de un percance inesperado, ha demostrado una vez más por qué es una figura tan querida y respetada en la industria del cine.