Con Maria Corina Argentina - @ConmariacorinaA Twitter
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Las elecciones presidenciales en Venezuela, programadas para el 28 de julio de 2024, se presentan como un evento cargado de tensiones y desafíos. Nicolás Maduro, el actual presidente, se enfrentará a Edmundo González, quien ha tomado el relevo de María Corina Machado, la candidata opositora que ganó las primarias del 22 de octubre de 2023. Sin embargo, la candidatura de Machado fue bloqueada por una inhabilitación que ella misma califica de “írrita” e “inconstitucional”.

El proceso electoral ha estado marcado por una serie de obstáculos impuestos por el oficialismo. La oposición, visiblemente fracturada, ha tenido que lidiar con un cronograma electoral diseñado a la medida del Gobierno. Este cronograma ha obligado a la oposición a inscribir a un candidato en tiempo récord, con la anuencia de Machado y los partidos de la Plataforma Unitaria.

La noche del 25 de marzo fue particularmente agitada. A pocas horas del cierre del período de postulaciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) habilitó las tarjetas de otros dos partidos políticos para permitirles postular candidaturas. Enrique Márquez, exdirigente del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), sorprendió al inscribir su nombre de manera independiente, argumentando que “solo la abstención salvaría a Maduro de perder el poder”.

Hasta casi la medianoche del 25 de marzo, la coalición opositora denunciaba que ni la tarjeta del partido UNT ni la de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tenían acceso al sistema para inscribir a su candidata. Minutos antes de finalizar el plazo, UNT, el partido del gobernador zuliano Manuel Rosales, postuló su nombre ante el Poder Electoral. Esta acción fue percibida como una traición por una parte de la oposición.

María Corina Machado, al conocer la postulación, sentenció: “Lo que advertimos durante muchos meses terminó ocurriendo; el régimen escogió a sus candidatos”. En la madrugada del 26 de marzo, el CNE confirmó la inscripción de 13 candidatos. No fue hasta el día siguiente, tras una prórroga de 12 horas del poder Electoral a la MUD, que se conoció una nueva postulación por parte de la oposición: Edmundo González Urrutia, exembajador de Venezuela en Argentina y Argelia.

La situación ha dejado a la oposición venezolana en una posición complicada. Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, considera que la oposición está más dividida debido a la forma en que se manejó la inscripción de los candidatos, especialmente la de Manuel Rosales. “Todos habrían podido entender la estrategia de salvaguardar la tarjeta tanto de la MUD como la de UNT, pero la manera en que se manejó, con poca transparencia y de forma muy opaca, dejó muchas dudas en el ambiente tanto en los partidos políticos como en la población general”, afirmó Alarcón. Aun así, considera que se puede enmendar.

Luis Vicente León, analista político y presidente de la encuestadora Datanálisis, opina que el Gobierno logró su estrategia de impedir la participación de la candidata electa por la oposición y la dispersión del voto. Según León, el Gobierno permitió un candidato “tapa” en la tarjeta de la MUD para continuar los procesos de negociación, pero no para permitir un sustituto que le dé a María Corina Machado la posibilidad de correr por ella. “Es quizás una forma de minimizar el impacto negativo que sí tiene en términos de imagen el hecho de que no se haya permitido la inscripción de Corina Yoris”, dijo a France 24.

De cara al 28 de julio, se vislumbran tres escenarios posibles. El primero, al que apuesta el Gobierno, busca que una parte importante de electores de la oposición se abstenga y que aquellos que se mantengan decididos a votar lo hagan por diferentes candidaturas. Esta estrategia de “divide y vencerás” es, según Alarcón, “la única forma en la que el Gobierno pueda ganar la elección”.

El segundo escenario es que, pese a todos los obstáculos, la oposición logre cohesionarse alrededor de un liderazgo unitario. “Hoy en día, ese liderazgo lo tiene Machado por haber ganado las primarias y se ha visto fortalecido por la forma en que ha enfrentado los obstáculos que le ha impuesto el Gobierno”, explicó Alarcón. Si la oposición logra unirse en torno a una candidatura, las oportunidades de ganar crecen exponencialmente y el Gobierno podría encontrarse ante un escenario que no puede manejar.

El tercer escenario, aunque menos probable según Alarcón, es que el Gobierno decida negociar e ir a una transición negociada. “El Gobierno, entendiendo que no tiene probabilidades de ganar la elección, que cualquier elección que gane bajo estas condiciones va a ser cuestionada, que la única forma de ganarla es mediante una dinámica de bloquear candidatos, que su objetivo de legitimarse no se va a cumplir y que las presiones, antes, durante y después de la elección, pueden ser enormes, decide negociar e ir a una transición negociada”, explicó Alarcón. Sin embargo, él mismo considera que este escenario es el menos probable, ya que no ve al Gobierno con intención de negociar absolutamente nada.

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