Young Chinese women on vacation in Thailand” by Chinese Tourists is licensed under CC BY-NC 2.0

El Día del Soltero, conocido en China como ‘GuanggunJie’, es una fecha que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un fenómeno global. Su origen, curiosamente, se remonta a una broma estudiantil en la Universidad de Nanjing en 1993. Un grupo de amigos, en un acto de camaradería y humor, decidió celebrar su soltería con intercambio de regalos, estableciendo así un contrapunto a la tradicional celebración de San Valentín. Este gesto, que comenzó como una forma de reivindicar la individualidad y el amor propio, ha evolucionado hasta convertirse en una de las jornadas de compras más importantes del mundo.

La elección del 11 de noviembre no es casual. En China, el número uno simboliza la individualidad y, por ende, el 11/11, con su secuencia de unos, representa la esencia de estar solo. Esta fecha, además, se asocia con la imagen de un árbol desnudo, sin hojas, que refuerza la idea de la soltería como un estado natural y propio. A pesar de que en España se celebra el 13 de febrero, justo antes de San Valentín, es el 11/11 el que ha capturado la atención internacional.

La transformación de esta celebración en un evento de compras masivas tiene un claro protagonista: Alibaba. La gigantesca corporación china, con su red de subsidiarias como AliExpress y Wish, ha sabido capitalizar la fecha ofreciendo descuentos que rivalizan con los del Black Friday y el Cyber Monday. Esta estrategia comercial ha resultado en un crecimiento exponencial para la empresa, que en 2021 reportó una facturación de 91.798 millones de euros, un aumento del 22,5% respecto al año anterior. Los costes asociados a las ventas también experimentaron un incremento significativo, del 35,4%, alcanzando los 56.632 millones de euros.

La expansión del Día del Soltero refleja cómo una tradición puede ser absorbida por el consumismo y cómo las empresas pueden influir en la cultura popular. Alibaba, con operaciones en más de 200 países, ha demostrado que un evento de compras puede trascender su origen y convertirse en una fecha clave en el calendario económico global. Sin embargo, esta transformación también plantea preguntas sobre la esencia de la celebración y cómo el enfoque en el consumo puede desplazar el mensaje original de amor propio y reivindicación de la soltería.

En este contexto, es importante reflexionar sobre cómo las tradiciones pueden ser redefinidas y cómo el significado de una celebración puede cambiar con el tiempo. El Día del Soltero es un claro ejemplo de cómo una broma universitaria puede evolucionar hasta convertirse en un motor económico de gran envergadura, y cómo la sociedad puede adoptar nuevas formas de celebración que, aunque distantes de su intención original, generan un impacto significativo tanto en la cultura como en la economía.

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