Desde Enel Green Power, con una gestión de más de 1200 plantas renovables a nivel global, se reconoce la importancia de la optimización del uso del suelo y la eficiencia energética como pilares para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. En este sentido, el diseño de los sistemas fotovoltaicos toma en cuenta el albedo del suelo, buscando formas de potenciar la radiación captada por la parte posterior de los módulos.
Para lograr este objetivo, se evalúa meticulosamente la distancia entre las filas de módulos y se analiza la “geometría solar”, que incluye la inclinación de los rayos solares y su variación a lo largo del tiempo y las estaciones. Además, se considera el factor de visión, que determina qué tanto de la superficie del módulo está expuesta a la fuente de radiación, ya sea directa, difusa o reflejada.
Entre las innovaciones para aumentar el albedo, se encuentra la utilización de láminas blancas o piedras de colores claros dispuestas selectivamente bajo los módulos, así como el uso de geotextiles de polipropileno, que ofrecen la ventaja de no consumir suelo ni afectar su capacidad de absorción de agua. Estas medidas no solo incrementan la eficiencia de los módulos fotovoltaicos, sino que también contribuyen de manera significativa a la transición energética, al reducir el consumo de suelo y maximizar la producción de energía limpia.
Es importante destacar que, aunque los módulos bifaciales representan una oportunidad para mejorar la productividad de los sistemas fotovoltaicos, su aplicación no es universalmente adecuada. Por ejemplo, en el caso de los paneles solares flotantes, donde el albedo del agua es cercano a cero, la eficiencia de estos módulos se ve comprometida. Por lo tanto, la selección de la tecnología adecuada debe ser cuidadosamente considerada en función de las condiciones específicas de cada instalación.
La búsqueda de soluciones para incrementar el albedo y, por ende, la eficiencia de los sistemas fotovoltaicos, es un claro ejemplo de cómo la innovación tecnológica y la comprensión de los procesos naturales pueden trabajar de la mano para avanzar hacia un futuro más sostenible. El albedo, aunque desconocido para muchos, se revela como un aliado imprescindible en el impulso verde de la energía solar, demostrando que cada detalle cuenta en el esfuerzo por optimizar nuestras fuentes de energía renovable.
El albedo, ese desconocido: un impulso verde para los sistemas fotovoltaicos En la vanguardia de la innovación en energías renovables, los módulos fotovoltaicos bifaciales emergen como protagonistas en la búsqueda de una mayor eficiencia en la producción de electricidad. Estos módulos, capaces de captar la luz solar tanto por su cara frontal como por la trasera, se benefician de un fenómeno natural conocido como albedo, el cual se refiere al poder reflectante del suelo. Este parámetro, a menudo subestimado, se convierte en un factor crucial para optimizar el rendimiento de los parques solares.
El albedo, que se expresa en forma de fracción o porcentaje, puede variar significativamente dependiendo de las características de la superficie terrestre, como el color, la rugosidad y la presencia de elementos como polvo o agua. En el contexto de los parques solares, el albedo natural oscila entre el 10 % y el 30 %, cifras que pueden incrementarse mediante la implementación de estrategias específicas para mejorar la reflectividad del suelo.