En la penumbra de la madrugada argentina, un gigante del tenis escribía otro capítulo dorado en su ya legendaria carrera. Novak Djokovic, el número uno del mundo, no solo buscaba retener la corona del Australian Open, sino que también estaba a punto de inscribir su nombre en los anales del deporte con un nuevo récord histórico.
El escenario era el duelo de cuartos de final, y su adversario, el estadounidense Taylor Fritz, no era un rival menor. El partido, que se extendió a cuatro sets, fue un reflejo de la tenacidad y el espíritu competitivo de ambos jugadores. Djokovic, conocido por su habilidad para leer el juego y su resistencia física, encontró en Fritz un oponente digno que lo desafió en cada golpe.
El primer set fue una muestra de la intensidad del encuentro, resuelto en un tie-break que favoreció al serbio. Sin embargo, Fritz no se amilanó y arrebató el segundo set, poniendo en evidencia que Djokovic tendría que sudar para avanzar. La estadística que más sorprendió fue la necesidad de 16 oportunidades de quiebre para que Djokovic lograra su primer break en el partido, un dato inusual para un jugador de su calibre.
A pesar de las dificultades, el serbio demostró por qué es el número uno. En los momentos cruciales, su juego se elevó por encima del de su rival, y con un marcador final de 7-6 (3), 4-6, 6-2 y 6-3, Djokovic selló su pase a semifinales. Este triunfo no era uno más en su carrera; significaba que se convertía en el único jugador en la historia del tenis en alcanzar 11 semifinales en cada uno de los cuatro Grand Slam.
La hazaña es aún más impresionante al considerar las cifras: 11 veces en Australia, 12 en Roland Garros, 12 en Wimbledon y 13 en el US Open. Estos números no solo hablan de su talento, sino también de su consistencia y longevidad en la cima del tenis mundial.
Tras el partido, un momento de camaradería capturó la atención del público. Nick Kyrgios, una estrella local conocida tanto por su talento como por su personalidad carismática, ingresó a la cancha para entrevistar a Djokovic. El serbio, siempre con un toque de humor y deportividad, expresó su deseo de ver a Kyrgios de vuelta en las canchas, un gesto que refleja el respeto mutuo entre competidores.
Mirando hacia el futuro, Djokovic se prepara para enfrentar a Jannik Sinner, el joven italiano que ocupa el cuarto lugar en el ranking mundial. Sinner, que viene de vencer a Andrey Rublev en sets corridos, se presenta como un desafío formidable, manteniendo su récord de no haber cedido un solo set en el torneo.
El serbio, con 24 títulos de Grand Slam en su haber, no solo busca extender su récord, sino también reafirmar su dominio en el mundo del tenis. La expectativa es alta y los ojos del mundo estarán puestos en este enfrentamiento de titanes.
