Este 22 de marzo, nos unimos a la conmemoración del Día Mundial del Agua, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace 30 años, con el objetivo de concientizarnos sobre la importancia del cuidado, conservación y uso sostenible de los recursos hídricos a nivel mundial. En este día, es crucial reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede convertirse en un consumidor responsable, especialmente en un país tan biodiverso como Colombia, donde el agua juega un papel fundamental.
La crisis climática actual intensifica fenómenos como El Niño, provocando la desecación de cuencas vitales para la supervivencia de una diversa gama de plantas, animales y comunidades humanas. Esta situación conlleva a racionamientos de agua, incrementos en los costos de servicios básicos, pérdida de empleos y un aumento en problemas de salud pública. Por lo tanto, es imperativo reconocer la importancia del agua en la preservación de la biodiversidad y en el sustento de la vida misma.
Colombia, siendo una potencia en recursos hídricos, alberga ecosistemas acuáticos que generan y mantienen una alta diversidad biológica. Estos ecosistemas, como los humedales, son esenciales para el intercambio de energía y materia, y la llegada de las lluvias juega un rol crucial en la fertilización natural de nuestros entornos, conectando diversas formas de vida. Sin embargo, a pesar de que el agua parece estar en todas partes, su distribución no es uniforme, y solo una fracción mínima está disponible para el consumo humano.
Ante esta realidad, es fundamental tomar acciones concretas para la conservación de este recurso vital. Podemos comenzar por incrementar nuestras “fábricas de agua”, como los páramos y acuíferos, y asegurar el cumplimiento de las leyes que protegen nuestros humedales y bosques ribereños. Además, es crucial tratar las aguas residuales de nuestras ciudades antes de devolverlas a los ríos, evitando la contaminación por residuos domésticos o industriales. De esta manera, cuidar nuestro consumo de agua no solo tiene beneficios ambientales, sino también económicos directos, reflejados en las facturas de servicios que pagamos mensualmente.
Las comunidades locales, incluyendo indígenas, afro y campesinas, han sido guardianes de las principales fuentes de agua en Colombia. Fortalecer su gobernanza y apoyar su participación efectiva en la toma de decisiones es esencial para asegurar la conservación de nuestros recursos hídricos. En este sentido, organizaciones como WWF desempeñan un papel crucial, trabajando con diversos actores para la conservación y uso sostenible de humedales Ramsar y su biodiversidad asociada, evaluando la huella hídrica de sectores industriales y fortaleciendo las capacidades de las comunidades locales.
