La ciudad de Medellín se encuentra sumida en la consternación tras el hallazgo de un cadáver en un sendero natural del corregimiento Santa Elena. El cuerpo, atado de manos y pies, fue descubierto por un transeúnte en la vereda Media Luna durante la mañana del domingo 25 de agosto. La persona que encontró el cadáver reportó de inmediato el macabro hallazgo a las autoridades del Valle de Aburrá.
Al llegar al lugar, las autoridades confirmaron que el cuerpo presentaba una herida causada por un objeto contundente, lo que sugiere que un golpe fue la principal causa del fallecimiento. La víctima fue identificada como Alejandro Herrera Castro, un joven de 25 años oriundo de Envigado. Las autoridades han iniciado una investigación para identificar a los responsables del asesinato y abandono del cadáver. Han instado a la comunidad a utilizar los canales de atención telefónicos, virtuales o presenciales para proporcionar cualquier información que pueda ayudar a resolver el caso.
Este no es un incidente aislado. Durante el mismo fin de semana, se encontraron dos cadáveres amarrados y abandonados en diferentes puntos de Medellín. El 24 de agosto, en el barrio Villa Guadalupe, se halló otro cuerpo junto a una quebrada en la Comuna 1. Este cadáver, envuelto en cobijas y amarrado con mangueras, estaba en un avanzado estado de descomposición, lo que obligó a su traslado a Medicina Legal para determinar su sexo e identidad.
Además, el 22 de agosto, la Secretaría de Seguridad de Medellín informó sobre el hallazgo de restos óseos humanos en una caja de encomienda en el barrio Cerro Nutibara. El paquete, originalmente enviado desde Bucaramanga a Florencia, fue devuelto y luego reenviado a Medellín. Los empleados descubrieron los restos al abrir la caja, lo que desencadenó una serie de investigaciones. Hasta el momento, las autoridades no han identificado a la víctima ni han revelado información sobre los responsables o el motivo del crimen.
Estos macabros descubrimientos han abrumado a la comunidad de Medellín, que clama por mayor acompañamiento de las autoridades para evitar que estos hallazgos se vuelvan una constante. La sensación de inseguridad y miedo se ha incrementado, y la ciudadanía exige respuestas y acciones concretas.
Bajo este cruel incremento en Colombia, cuando se encuentra un cuerpo o se presume haber visto uno abandonado, las autoridades piden seguir una serie de pasos establecidos por la ley para preservar la escena y colaborar con las autoridades. En primer lugar, el hallazgo debe ser reportado de inmediato a la Policía Nacional llamando al 123 o al número local de emergencias. Esta es la primera y más crucial acción para activar el protocolo de investigación.
Es esencial no tocar ni mover el cuerpo. Cualquier manipulación puede comprometer la evidencia, dificultando la identificación de la víctima y la determinación de las causas y circunstancias del fallecimiento. Si es posible y seguro, se debe delimitar el área alrededor del cuerpo para evitar que otras personas entren y puedan contaminar la escena. Esto ayuda a conservar las pruebas intactas hasta que lleguen las autoridades competentes.
Una vez la Policía Nacional llega al lugar, se debe brindar toda la información posible y seguir sus instrucciones. Ellos coordinarán con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación para realizar la inspección y el levantamiento del cadáver. Por último, es importante no difundir imágenes del cuerpo en redes sociales o con terceros. Compartir fotos o videos puede ser no solo irrespetuoso hacia la víctima y sus familiares, sino también ilegal y perjudicial para la investigación.
El respeto por estas directrices no solo facilita la labor de las autoridades, sino que también juega un papel clave en el respeto y dignidad hacia la víctima y sus allegados. La comunidad de Medellín, en medio de su consternación, debe unirse para colaborar con las autoridades y exigir justicia para las víctimas. La seguridad y la paz en la ciudad dependen de la acción conjunta de ciudadanos y autoridades.