Asociación Colombiana de Facultades de Derecho - @ACOFADE1 Twitter
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En la mañana del lunes 22 de enero, la ciudad de Bogotá se vio sacudida por una noticia que ha conmocionado a la comunidad jurídica y académica del país. Carlos Mario Molina Betancur, un destacado abogado y académico, fue encontrado sin vida en su apartamento, ubicado en el barrio San Martín de la localidad de Santa Fe. La Policía Metropolitana de Bogotá, que se encuentra al frente de las investigaciones, ha señalado que el cuerpo presentaba signos de violencia, lo que añade un manto de misterio alrededor de su fallecimiento.

La noticia fue confirmada por una fuente a Red+ Noticias, quien además reveló que el cuerpo del jurista llevaba varios días en estado de descomposición, lo que sugiere que la muerte ocurrió con anterioridad al hallazgo. Este detalle no solo complica la labor de los investigadores, sino que también intensifica la angustia y el desconcierto entre aquellos que conocían a Molina Betancur.

La trayectoria profesional de Molina Betancur era, sin duda, impresionante. Egresado de la Universidad de París II Panthéon Assas y de la Escuela Práctica de Altos Estudios, su formación académica era tan vasta como diversa. Con un posdoctorado en Sociología Jurídica, un doctorado en Derecho Público y un magíster en Derecho Administrativo y Constitucional, su perfil destacaba en el ámbito legal y académico.

Su rol como director del Instituto de Estudios del Ministerio Público (IEMP) de la Procuraduría General de la Nación era solo una faceta de su carrera. Molina Betancur también fue cabeza de programas de posgrado en la Universidad de Medellín, incluyendo el doctorado en Derecho y las maestrías en Derecho y en Derechos Humanos. Estos cargos no solo demuestran su compromiso con la educación, sino también su profundo conocimiento en diversas ramas del derecho.

Además, su participación en la Asociación Colombiana de Facultades de Derecho (Acofade) como exdirector científico, y su membresía en la Academia Colombiana de Jurisprudencia, reflejan el reconocimiento de sus pares y su influencia en el pensamiento jurídico colombiano. Su labor extendía puentes entre Colombia y el mundo, como lo demuestra su pertenencia a la Asociación Andrés Bello de Juristas Franco-latinoamericanos y su asesoría a la Comisión Europea.

La contribución de Molina Betancur al ámbito público también fue notable. Trabajó con la Fiscalía General de la Nación, el Ministerio de Educación, el Icfes y la Contraloría de Antioquia, lo que subraya su papel como un actor clave en la intersección entre el derecho, la educación y la política pública. Su voz se extendía más allá de los círculos académicos y jurídicos, alcanzando al público general a través de sus columnas en múltiples periódicos.

La muerte de un individuo de tal estatura profesional y académica plantea numerosas preguntas. ¿Qué circunstancias llevaron a este trágico final? La Policía Metropolitana de Bogotá tiene ante sí la tarea de desentrañar los hechos que rodearon el deceso de Molina Betancur. Mientras tanto, la comunidad jurídica y académica lamenta la pérdida de un colega distinguido y un educador apasionado, cuya vida y obra dejaron una huella indeleble en el derecho colombiano.

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