El Congreso de Colombia ha dado un paso significativo en la regulación de los cigarrillos electrónicos y vapeadores, al aprobar un proyecto de ley que los incorpora bajo el marco regulatorio de la Ley 1335 de 2009, conocida como la “Ley Antitabaco”. Esta decisión, liderada por los senadores Norma Hurtado Sánchez y José David Name, marca un momento crucial en la lucha contra el tabaquismo y sus derivados, adaptando la legislación a los nuevos desafíos que plantean estos dispositivos.
La Ley Antitabaco, promulgada hace más de una década, tuvo como objetivo principal la regulación del consumo de tabaco y la protección de la salud pública, estableciendo restricciones en la publicidad de productos de tabaco, prohibiendo fumar en lugares cerrados de acceso público y promoviendo medidas para prevenir el consumo de tabaco, especialmente entre los jóvenes. La inclusión de los cigarrillos electrónicos y vapeadores en esta ley significa que ahora enfrentarán restricciones similares a las de los cigarrillos tradicionales, como la prohibición de su uso en espacios libres de humo, la inclusión de mensajes de advertencia de salud pública en sus empaques y la limitación en la publicidad y patrocinio de estos productos.
Este proyecto de ley representa un avance en la protección de la salud pública, especialmente de los niños, niñas y adolescentes, quienes están expuestos a dispositivos que pueden contener nicotina y sustancias químicas potencialmente dañinas. La senadora Hurtado destacó este logro, subrayando la importancia de modernizar el marco normativo para adaptarse a las nuevas generaciones y los desafíos que presentan estos dispositivos.
El proceso legislativo para la aprobación de este proyecto fue largo y complejo, iniciando su trámite en julio de 2022 y enfrentando debates en torno a temas como la reducción de riesgo, una tesis defendida por la industria tabacalera. Esta última abogaba por una regulación diferenciada para los cigarrillos electrónicos y vapeadores, argumentando que podrían representar una alternativa menos perjudicial en comparación con los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, la falta de consenso y la preocupación por la salud pública prevalecieron, llevando a la inclusión de estos dispositivos bajo la Ley Antitabaco.
La discusión sobre la reducción de riesgo y daño de estos dispositivos es compleja y aún no hay un consenso completo. Mientras que en países como el Reino Unido se ha reconocido el potencial de los cigarrillos electrónicos como herramienta para dejar de fumar en contextos controlados, la Organización Mundial de la Salud ha expresado preocupación por la falta de regulación y el riesgo de que estos productos faciliten el ingreso de nuevas generaciones al mundo del tabaco. La evidencia científica sobre los riesgos y beneficios de estos dispositivos sigue evolucionando, y se necesita más investigación para comprender completamente sus implicaciones para la salud pública.
La decisión del Congreso de Colombia de regular los cigarrillos electrónicos y vapeadores bajo la Ley Antitabaco es un paso importante hacia la protección de la salud pública y la prevención del consumo de tabaco y sus derivados entre las nuevas generaciones. Este enfoque refleja un compromiso con la salud pública y la necesidad de adaptar las políticas a los cambios tecnológicos y sociales, asegurando que las regulaciones sean efectivas en la protección de la salud de la población, especialmente de los más jóvenes.