En medio de la preocupación global por el cambio climático y sus efectos cada vez más palpables, Colombia enfrenta un desafío particularmente agudo debido al fenómeno de El Niño, que ha traído consigo una serie de consecuencias adversas para el país. Este 18 de abril, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, junto con el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, ofrecieron una rueda de prensa para abordar la situación actual y las medidas que se están tomando para mitigar los efectos de este fenómeno climático.
La ministra Muhamad destacó la preocupación por la menor cantidad de lluvias esperadas para las últimas semanas de abril, una situación que contradice las previsiones anteriores que anticipaban precipitaciones por encima del promedio. Esta disminución en las lluvias podría tener un impacto significativo en la recuperación de los caudales de agua del país, que ya se han visto afectados por El Niño. La información proporcionada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha sido crucial para entender la magnitud del problema y ajustar las expectativas y estrategias de respuesta.
El fenómeno de El Niño se caracteriza por la variabilidad climática que intensifica y prolonga las sequías, lo que resulta en un desabastecimiento de agua, incremento en los incendios forestales, proliferación de epidemias y alteración de ecosistemas estratégicos. Colombia ha sido testigo de temperaturas récord durante este período, como en Jerusalén, Cundinamarca, donde se superaron los 40 °C. A pesar de algunas lluvias registradas, especialmente en febrero, la situación sigue siendo crítica.
La ministra Muhamad expresó la esperanza de que el país pase a una fase neutra del fenómeno entre abril y junio, con una probabilidad del 85%. Sin embargo, advirtió sobre la influencia de las altas temperaturas de los océanos y la atmósfera, un fenómeno sin precedentes a nivel mundial. La inestabilidad climática global hace que las condiciones sean impredecibles, y los análisis deben ajustarse constantemente.
Por otro lado, el Ideam ha informado sobre un posible cambio en el panorama climático para el país. A finales de febrero, la entidad indicó que las probabilidades de que se presente un fenómeno de La Niña a partir del trimestre julio-agosto-septiembre aumentaron al 64%. Este fenómeno, caracterizado por un incremento en las lluvias, podría ofrecer un respiro a las condiciones secas provocadas por El Niño. Según los análisis del Centro de Predicción Climática de la Administración para la Atmósfera y el Océano (NOAA), se espera que El Niño se debilite en los próximos meses y haga su transición a una fase neutral, con un 79% de probabilidad.
La situación climática en Colombia es un claro reflejo de los desafíos que enfrenta el mundo debido al cambio climático. La colaboración entre diferentes ministerios y entidades, como el Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Minas y Energía, junto con el Ideam, es fundamental para desarrollar estrategias efectivas que permitan al país adaptarse y mitigar los efectos adversos de estos fenómenos climáticos. La adaptación a esta nueva realidad climática requiere de un esfuerzo conjunto, no solo a nivel gubernamental sino también de la sociedad en su conjunto, para proteger los recursos hídricos, la biodiversidad y, en última instancia, el bienestar de todas las comunidades afectadas.