En pleno verano, con las temperaturas alcanzando máximos históricos en gran parte de Chile, el uso de aires acondicionados se ha disparado en hogares, oficinas, tiendas y restaurantes. Este incremento en la demanda nos lleva a reflexionar sobre las precauciones esenciales que debemos tener en cuenta para garantizar no solo nuestra seguridad sino también la eficiencia energética y el cuidado de nuestra salud.
La elección del aire acondicionado adecuado es el primer paso crítico. Existen tres tipos principales, diferenciados por el tipo de fluido que utilizan: aire, agua o frigoríficos. Los sistemas basados en aire, como los modelos split y los portátiles, son los más comunes. Mientras que el split ofrece un rendimiento superior, su instalación resulta más costosa, lo que hace que los modelos portátiles sean una opción atractiva para quienes alquilan su vivienda, gracias a su fácil instalación y disponibilidad en multitiendas. Por otro lado, los sistemas que operan con agua, aunque más complejos de instalar, pueden ofrecer una alternativa interesante. Es crucial considerar la tecnología que incorporan estos equipos, especialmente aquellos con tecnología inverter, que se apagan automáticamente al alcanzar la temperatura deseada, optimizando el consumo energético.
La limpieza del filtro del aire acondicionado es otro aspecto fundamental para proteger nuestra salud y la del entorno. Se recomienda realizar esta tarea cada dos semanas o, como máximo, una vez al mes si el uso no es frecuente. La limpieza puede efectuarse con una aspiradora o agua, aunque el uso de una hidrolavadora, que combina ambas funciones, puede garantizar una limpieza más profunda. Además, este dispositivo no solo es útil para los filtros, sino también para la limpieza de herramientas, vehículos, bicicletas y fachadas. Es importante dejar secar el filtro a la sombra tras su limpieza.
La ventilación diaria es esencial. Aunque el aire acondicionado nos proporciona el confort térmico deseado, abrir ventanas o puertas al menos una vez al día promueve la circulación del aire, evitando respirar constantemente el mismo aire reciclado.
En cuanto a la seguridad eléctrica, es vital asegurarse de que cables y enchufes estén en buen estado y no sean fácilmente accesibles, especialmente durante las tareas de limpieza o mantenimiento. Además, verificar que el equipo cumpla con los estándares mínimos de eficiencia energética, identificados con etiquetas que van de la A a la G, es fundamental para garantizar un consumo energético responsable.
Por último, pero no menos importante, es crucial mantener los aires acondicionados fuera del alcance de los niños. Los pequeños pueden verse tentados a jugar con cables o partes del equipo, lo que representa un riesgo de accidentes.
Siguiendo estas recomendaciones, proporcionadas por el gobierno de Chile, podemos disfrutar de un verano más fresco y seguro, maximizando la eficiencia de nuestros aires acondicionados mientras cuidamos de nuestra salud y la del planeta.