Johanna Andrea Murcia Restrepo era conocida como La Mona. Foto: Policía Metropolitana de Bogotá
Johanna Andrea Murcia Restrepo era conocida como La Mona. Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

El pasado 2 de octubre, en la comuna León XIII del municipio de Soacha, una mujer conocida como ‘La Mona’ se convirtió en la protagonista de un hecho que conmocionó a la comunidad. En una cuadra oscura, se acercó por la espalda a un hombre que se encontraba en una esquina y, sin titubear, le disparó. Este acto de violencia, perpetrado a sangre fría, quedó registrado en las cámaras de seguridad del sector, evidenciando la frialdad con la que ‘La Mona’, de 28 años, cometió el crimen y huyó de la escena.

El motivo detrás de este asesinato, según las investigaciones, serían las disputas territoriales sobre el control de líneas de microtráfico. ‘La Mona’ era parte de una banda criminal dedicada al expendio de bazuco en los límites entre Soacha y la capital del país. Su papel dentro de la organización era el de sicaria, y se le atribuye la responsabilidad de las líneas de microtráfico en León XIII y en Bosa.

Las autoridades, tras ocho días de intensa búsqueda, lograron dar con su paradero en la localidad de Bosa. Este logro fue posible gracias al trabajo de las unidades de inteligencia de la Policía, que rastrearon a ‘La Mona’ hasta su escondite. El coronel Edwin Orlando Correa, subcomandante de la Policía Metropolitana de Soacha, destacó el esfuerzo de su equipo: “En tiempo récord, el grupo de derechos humanos de la Policía Metropolitana de Soacha, analizó más de 60 horas de video, hizo un cotejo balístico y con entrevistas a testigos presenciales, logró la captura de esta mujer”.

La captura de ‘La Mona’ es un hito importante en la lucha contra el crimen en la región. Según la Metropolitana de Soacha, en lo corrido del año se han esclarecido el 52% de los homicidios perpetrados, frente a los 108 casos que cuenta la Mesoa. Además, la institución reporta 37 capturas por este delito, 19 por ejecutar y 11 con vocación de éxito.

Este caso pone de manifiesto la problemática del microtráfico y la violencia asociada a él en la región de Cundinamarca. La presencia de bandas criminales y la disputa por el control de las líneas de microtráfico generan un ambiente de inseguridad y miedo en la población. La captura de ‘La Mona’ es un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer para erradicar completamente este problema.

La lucha contra el microtráfico y la violencia asociada a él requiere de un enfoque integral que incluya no solo la acción policial, sino también políticas de prevención y programas de reinserción social para aquellos que se ven atrapados en este círculo de violencia. Solo así se podrá garantizar la seguridad y el bienestar de la población de Cundinamarca.

La captura de ‘La Mona’ es un recordatorio de la importancia de la labor de las autoridades en la lucha contra el crimen. Sin embargo, también es un llamado a la acción para que se implementen medidas más efectivas y se redoblen los esfuerzos para combatir el microtráfico y la violencia en la región. Solo a través de un trabajo conjunto y coordinado se podrá lograr un cambio significativo y duradero.

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